DIA DEL PERIODISTA: ¿QUIEN FUE EL PRIMERO?

En el día del periodista, quienes hacemos este CIQ agradecemos los saludos y auspicios recibidos, a la vez que homenajeamos al historiador local y sus aportes a nuestra profesión, como él dice:

«Medios locales se informan con EL QUILMERO, y transcriben sus notas. Nadie necesita mi aprobación para hacerlo pues la Historia no es mía, yo, sólo soy un amanuense».

Chalo Agnelli

(Investigación de profesor Chalo Agnelli, junio de 2009)

Publiqué esta nota en el blog que titulé EL QUILMERO, pues fue el periódico que don Pedro Giménez fundó con la imprenta que le compró al Dr. José Antonio WildePero no sólo fue por el periódico que utilicé ese título, sino porque el sufijo «ero/a» en la lengua castellana implica: ocupación, oficio, trabajo, empleo, profesión: carpintero, chacarero, ganadero, zapatero, carnicero, tambero, titiritero… de modo que quilmeños somos los nacidos en Quilmes, pero muchos que no nacieron acá, dedicaron sus vidas a este Partido esos son los «quilmeros«.

Antecedentes

El Quilmero tomó las riendas periodísticas iniciadas el domingo 4 de mayo de 1873 en el pueblo de Quilmes por el Dr. Wilde con El Progreso de Quilmes, un semanario realizado en la primera imprenta que tuvo la localidad. La sede de este primer órgano periodístico estaba en la calle del Comercio (Mitre), en la casa del preceptor Emilio Reina. Allí funcionaba la imprenta y la Redacción.

Hoy tal aparatejo parecería rústico y anacrónico, pero en ese entonces, en que todo estaba en formación, era como dice Wilde en su primer número una «influencia de la civilización en los pueblos». Un medio de prensa se agregaba a los otros adelantos de los que ya contaba Quilmes:

«El ferrocarril, el tranvía, las escuelas públicas y privadas, las calles delineadas, el alumbrado público a querosén, las plazas mantenidas, la Iglesia de tres naves con dos grandes torres, la biblioteca popular, veredas…”

El Progreso tuvo dos épocas; desde su lanzamiento hasta el N° 61 del 28 de junio de 1874 en que don José le cedió la dirección a su sobrino, Alfredo Wilde (hermano de Eduardo). Hacía un mes que había modificado su formato y el precio. Determinaron el cierre, según el editor, la escasa disponibilidad de tiempo, y de dinero, para sacar el semanario; tarea que se sumaba a las de su profesión médica y a las de la función pública que desarrollaba con extremo compromiso. Si bien aclara que su alejamiento no tiene que ver con lo político, un agudo comentario sobre un baile que realizó la Municipalidad desagradó a los funcionarios, sobre todo a Andrés Baranda, juez de paz, y le quitaron la suscripción de 50 ejemplares que hacía esa Corporación.

Adhesión de Argentino ‘Tito’ Geneiro.

El nuevo redactor rebautizó su periódico como El Libre, pero la criatura nació muerta. No editó más que un ejemplar.

Adhesión

Seis meses después de cerrado el primer período, volvió El Progreso Organo de interés general de la campaña, el 3 de enero de 1875, con José A. Wilde como redactor propietario y Juan Rivera en la función de gerente, porque «un pueblo sin prensa es un pueblo sin voz».

Wilde, amigo y admirador de Domingo Faustino Sarmiento bautizó a su periódico quilmeño como el que fundara en Chile el genial y polémico educador. Y fue providencial, pues su aparición abrió una puerta de progreso lenta pero constante en aquel pueblo de campaña que llegaría a ser una de las primeras ciudades industriales.

Adhesión

La imprenta se instaló en la calle 13 (o del Comercio, hoy Mitre) cerca de la 20 (antes San Andrés, hoy Olavarría). Allí permaneció hasta que el domingo 29 de agosto de 1875, en el N° 35, Wilde explicó que por arreglos a hacer en el establecimiento se hacía indispensable suspender la aparición. Fue definitivo; así desapareció el primer periódico de Quilmes. Seguro se repitió el impedimento económico, pues los suscriptores no cumplían en tiempo y forma con las cuotas. En este segundo período, salieron 35 números. Tres meses después, Pedro Giménez, que había arrendado a Wilde la imprenta, lanzó el jueves 2 de diciembre de 1875, el bisemanario El Quilmero hasta el 29 de mayo de 1889 que, con el N° 1433, lo vendió a una sociedad. 

El director propietario

Giménez había nacido en Buenos Aires en 1843. Hacia 1870, se estableció en Quilmes. De inmediato se hizo una figura relevante. En 1876, se casó con Angela Mariño, de 37 años, quien lo acompañó en la tarea social y filantrópica.

Fue amigo del Dr. Wilde, a quien consideraba su mentor en asuntos de la prensa. Cuando cerró El Progreso, alquiló la imprenta y se puso al frente de la Redacción. Dice José Andrés López en su libro Quilmes de antaño“… era a la vez escritor, cajista e impresor, todo en una pieza». 

“Era tipógrafo, un trabajador infatigable, perseverante, susceptible hasta la exageración, nervioso y si se equivocaba no rehuía jamás la responsabilidad de sus errores”.

La imprenta y redacción estaba en Mitre, a mitad de cuadra entre Alem y Garibaldi, vereda par.

El 14 abril de 1877, casi un año y medio después del primer número, a casi 16 años del arriendo, compró la imprenta por $13.000, de los que pagó $9.000 que reunió por medio de accionistas: Andrés Baranda aportó $ 2000; Máximo Garay y José Ubiñas, $ 1.000; Felipe Costa, Juan Robson, Manuel Amoroso, Mariano, Ramón y Fernando Otamendi, Roberto Clark, Angel Meals, Andrés Baumgart, Higinio Palacios, Francisco Lanatta, Ramón Madrid, Juan Antonio Ramos y Miguel Arce participaron con $500. Reunió $11.000.

Giménez fue el primer periodista profesional de Quilmes ya que redactaba su periódico con el fin de «… crearse un medio de vida honorable y muy de su gusto». Los demás, como Wilde o López, practicaban el periodismo como prolongación de sus ideas de progreso y como alternativa de comunicación.

No tuvo una educación académica ni lustrosos títulos. Puso un empeño denodado para instalar en la gente de la «Campaña» que la prensa, el periodismo eran un factor “civilizador”. Lo asumió como una cruzada.

No fue El Quilmero un periódico imparcial, a pesar de que se manifestaba contra los partidismos, su parcialidad estaba por encima de los políticos de la época ya que su ideología era el «Progreso» y, como variables para alcanzarlo, a la educación y la cultura.

Por medio de una prensa activa luchó contra la ineficiencia de la Argentina cuasi-feudal anterior a 1852, que prevalecía. Se aprecia su pensamiento, con ecuánime criteriosidad, a 24 años de la batalla de Caseros:

«El General Rosas (sic) pudo ser un gobernante liberal si los hombres que componían las cámaras no hubieran sido serviles. Con legisladores viriles e independientes no es posible no es ni temible la tiranía. Pero cuando estos sean elevados a las bancas por el favoritismo faltándoles tantas aptitudes para el caso como les sobra estupidez, entonces peligra la independencia de los legisladores y cuando esta peligra el pueblo les pierde su confianza. Y de estos extremos al servilismo falta un paso solo. Y del servilismo de los parlamentos a la tiranía de los gobernantes falta mucho menos que un paso. Es cuestión de oportunidad. Saludamos pues este día deseando para el país todo género de prosperidad»

Edición N° 19, jueves 3 de febrero de 1876.

Encaró una prensa activa que llegó promover un boicot a la empresa del ferrocarril del Sud: cuando en 1876 subió el valor del pasaje, movilizó a la vecindad a viajar sólo en segunda clase.

De manera periódica se enfrentó a dicha empresa por sus servicios deficientes y los costos de los pasajes. Defendió al pueblo de la desaprensión de las empresas privadas, nacionales o extranjeras, que veían en el país un suelo feraz para su propio provecho, con el cual había que enriquecerse e irse llevándose la mayor cantidad de metálico posible.

Denunciaba la corrupción y la inoperancia. Sean quienes fueren. Lo hizo con Sarmiento cuando consideró que acumulaba demasiados cargos, haciéndole correr el riego a la República de no poder cumplir con todos. Lo hizo con Tomás de Anchorena, presidente del Banco Nación en 1876, cuando produjo una aguda crisis por una mala disposición de la economía que, como siempre, perjudicó al pueblo, a los comerciantes, chacareros y hombres de la campaña que eran la fuerza productora.

Tuvo consciencia de clase y defendió la fuerza del trabajo. Bregó contra el clericalismo, entendido como el poder político y económico que desde la época colonial detentaba la Iglesia Católica, institución de la que sospechaba, por su connivencia de 30 años con Rosas. Sus ideas coincidían con las de la clase dirigente de la época donde la mayor parte de los hombres públicos eran liberales y pertenecían, como el Dr. Wilde y otros vecinos de Quilmes, a la masonería, a la que Pedro Giménez admiraba según evidencia su periódico.

Adhesión

Después de 1876, en que fue constituido el primer Consejo Escolar, según establecía la Ley de Educación Común, del que fue primer presidente don Juan Ithuralde, Giménez fue sub-inspector por la renuncia de Julián O. Miranda hasta el 6 de mayo de 1877.

Actuó como municipal en 1882, era juez de paz y presidente del municipio Ramón de Udaeta. Como tal, el 19 de febrero, junto con el Dr. Wilde entrevistó al gobernador Dardo Rocha para transmitirle la disconformidad de los vecinos por el pésimo servicio de la empresa ferroviaria.

Entre 1880 y 1881, el periódico sufrió “… un breve eclipse. Enajenado por Giménez sus adquirientes, durante algún tiempo, olvidaron de imprimirlo”; ironizó López. 

Reapareció redactado por Manuel Casavalle, hijo del prestigioso editor. Durante este período, El Quilmero tuvo un enfrentamiento enconado con La Verdad, periódico que el 1º de julio de 1882 habían fundado Fermín Rodríguez (vivía en el solar NE de las calles Libertad y Humberto I), Miguel A. Páez y Eduardo Casares, debido a las acusaciones que éste último hiciera sobre malversación en la adquisición de un reloj para la torre de la iglesia, por parte de la Municipalidad, que Giménez integraba como municipal. (…)

El SOEM Quil, su CD y su Secretario General, Ricardo Terrizano, saludamos a los periodistas que, con su labor, informan y fortalecen las instituciones democráticas.

Ese fue un año de encontronazos para el segundo periodista de Quilmes, ya que también tuvo una disputa con el cura párroco Rafael Fanego (1880-1887) quien después de su frustrado reclamo de la propiedad donde hoy se levanta el Hospital, ahora reivindicaba como propiedad de la Iglesia, los solares donde se levanta la biblioteca municipal y el Jardín de Infantes vecino.

En 1882, El Quilmero se modernizó. Con la administración de Juan R. Martínez la vieja imprenta de fundición del Dr. Wilde, de cuerpo 11 pasó a tener 4 fundiciones de cuerpos 8; 9; 10 y 11, dando un formato uniforme al periódico a partir del Nº 688 del 13 de julio.

Tampoco fue duradera la permanencia de Martínez al frente del periódico que cambió varias veces de Dirección.

El 25 de enero de 1885, una editorial alude al Hospital de Caridad: “muchas veces nos hemos ocupado de la necesidad de dotar a Quilmes de un establecimiento de este genero”. El 26 de agosto de 1886, anunciaba la inauguración del hospital, y el 5 de septiembre dio cuenta de las primeras 45 internaciones.

El Quilmero persistió hasta 1888; por poco tiempo, pasó a llamarse El Provincial. Hubo una reaparición con el nombre original, bajo la dirección de Torcuato E. Malbec.

Giménez, alejado de la Dirección aunque no del periodismo pues escribió colaboraciones, trabajó como rematador, actividad que, muchas veces, le había permitido sostener el periódico. Extendió su activa y comprometida tarea social como vocal de la comisión administradora del hospital San Rosa (antecedente del actual Hospital de Quilmes) que en 1886 presidía Federica Dorman Quijarro acompañada por Juana Gauna. Participó de la fundación del Club Social, fue funcionario municipal y motor de instituciones.

Este ilustre vecino y periodista murió en Quilmes a los 73 años en la humilde casa de su hija.

El Quilmero” tuvo una permanencia de 13 años y 9 meses; fue escuela para muchos periodistas. (…)

Aporte de los colegas
Saludo institucional

7 Respuestas a “DIA DEL PERIODISTA: ¿QUIEN FUE EL PRIMERO?”

  1. Feliz día Periodistas! La Verdad debe ser revelada por todos los medios. Y como decia el poeta: Nunca es triste La Verdad….lo que no tiene es remedio… (Básicamente, porque no es una enfermedad, sino mas bien la CURA)
    Gracias por su trabajo

  2. _“La verdad, como la virtud tienen en sí mismas su más incontestable apología; a fuerza de discutirlas y ventilarlas aparecen en todo su esplendor y brillo: si se oponen restricciones al discurso, vegetará el espíritu como la materia y el error, la mentira, la preocupación, el fanatismo y el embrutecimiento, harán la divisa de los pueblos y causarán para siempre su abatimiento, su ruina y su miseria”. (Mariano Moreno 21 de junio 1810)_
    *¡Feliz Día del Periodista!*
    Dante Morini (Abogado)

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