El cotejo de la primera fase del torneo reducido por el segundo ascenso a Liga Profesional fue suspendido por el referí José Carreras. El motivo fue la imposibilidad de continuidad del golero visitante, Brian Olivera, tras sufrir el estruendo de un cohete arrojado desde la tribuna Horacio Milozzi, que da espaldas al Parque de la Ciudad.
Antes de iniciarse el segundo tiempo, un cohete pequeño explotó cerca del juez de línea que revisaba la red y del golero. Este último caminó hasta el punto penal y se cayó. Allí, ingresó el médico del plantel mendocino. Luego de estar parada, Olivera volvió al suelo y no se levantó más.
Algunos directivos de Quilmes le pidieron, en el campo de juego, al público de la tribuna Milozzi que se calme. Mientras tanto, entró el carro que traslada a los futbolistas lesionados y subió a Olivera. Allí, se armó un arremolinamiento de futbolistas, cuerpos técnicos y el cuarteto arbitral. Luego de varios minutos, el referí José Carreras hizo señas de que el partido estaba suspendido.
Allí, la silbatina se hizo general. Cuando se retiró el futbolista hacia el vestuario, desde la platea le arrojaron cosas a Olivera. Además, varios en la tribuna Braña le gritaron a los de la Milozzi «hacete socio la puta que te parió». La referencia fue porque quienes concurrieron a la cabecera sur fueron beneficiados con una campaña en la semana previa a este cotejo.
Cuando el presidente de Quilmes, Mateo Magadán, concurrió al vestuario visitante para interiorizarse de la salud de Olivera, le cerraron la puerta en la cara. Allí, el pope cervecero explotó. Con el paso de los minutos, la postura de los dirigentes de Quilmes pasó de la preocupación a la sospecha. Magadán afirmó a las cámaras de TyC Sports que «estamos preocupados por la salud de Olivera y también apelaremos a las filmaciones para determinar quiénes fueron los responsables de todo esto y aplicarles derecho de admisión».
Mientras esto ocurría, dos jugadores de Gimnasia estaban en el campo de juego a las risas. Ante los insultos de un plateísta de Quilmes de los pocos que quedaban («ustedes se cagan de risa en el campo de juego, ¿No es que tienen un compañero grave?»), los deportistas se fueron rápido al vestuario.
En el camarín de Gimnasia sí entraron las cámaras de TyC Sports, quienes filmaron al arquero Olivera en camilla y con cuello ortopédico. La ambulancia del evento, en principio, tenía como protocolo trasladar a cualquier herido al hospital Isodoro Iriarte. Sin embargo, la directiva mendocina se negó a que el golero sea atendido en la ciudad de Quilmes. Luego de más de una hora en el vestuario, Olivera salió ante las cámaras en camilla con suero, un cuello ortopédico y un peluche. El destino fue el Sanatorio Finochietto, ubicado en la Capital Federal.
Con el paso de las horas, allí se lo atendió y quedó en observación por precaucación. Sin embargo, se estimó que el golero tenía un traumatismo acústico leve. De hecho, no se le hicieron ni tomografía ni interconsulta con un otorrinolaringólogo. En criollo, «el impacto del estruendo y listo», según confiaron al CIQ dos fuentes ligadas a la directiva cervecera.
Al conocerse esta noticia, la postura de Quilmes cambió y pasó de la preocupación al enojo. Nadie le quitará la idea de que el cohete existió pero fue todo amplificado por el plantel de Gimnasia en búsqueda de la ventaja deportiva. En estas horas, el club de Guido y Paz intentará evitar lo que en un principio parecía inevitable: la clausura del estadio y la suspensión por determinada cantidad de fechas: «Vamos por todo, incluso intentaremos evitar que se suspenda a nuestro público». Con respecto a lo deportivo, el cotejo no se sabe cuándo se jugará pero debe reanudarse esta semana debido a que el fin de semana próximo vuelve a haber instancia de eliminación en este torneo. La reanudación es casi un hecho porque, de terminar el partido, sería un antecedente imperdonable.
Desde Gimnasia, habló el técnico Joaquín Sastre quien afirmó «no estoy pensando en lo deportivo sino en la salud de Olivera, que es una persona que hasta atravesó un tratamiento oncológico. No podíamos seguir jugando ya que estaba mareado». A su vez, el referí José Carreras se prestó al diálogo con la prensa cuando salió del estadio: «el arquero estaba mareado y no podía continuar. De hecho, el estruendo fue escuchado por mi compañero (el juez de línea Juan Del Fueyo)».
Se supo, desde el nosocomio de la Ciudad de Buenos Aires, que al arquero de Gimnasia no le hicieron estudios debido a que solo sufrió «Trauma acústico leve, sin criterio para la realización de estudios otológicos ni tomografía de cerebro. Quedará en observación hasta mañana», según informó el periodista Sebastián Kerle.
ACTUALIZACIÓN A LAS 11:20 DEL DOMINGO 29
El golero de Gimnasia y Esgrima, Brian Olivera, fue dado de alta en el Sanatorio Finochietto. El plantel mendocino continúa en Buenos Aires porque el aeropuerto El Plumerillo, de Mendoza, está cerrado debido al fortísimo viento zonda que azota el oeste.
El secretario general del club Quilmes, Dr. Gustavo De La Fuente, pasó la noche en el sanatorio capitalino como una suerte de guardia. La institución prepara una batería de pruebas a modo de descargo por lo sucedido ante lo que debe resolver el Tribunal de Disciplina de AFA. La entidad madre, por su parte, se manifestó con un comunicado escueto donde repudia los hechos. En palabras de futbolero, «nada del otro mundo». El texto reza:
«La AFA, a través de su Presidente Claudio Tapia y todo su Comité Ejecutivo, manifiestan su absoluto repudio por los hechos de público conocimiento ocurridos en cancha de Quilmes, en el partido del torneo reducido entre el local y Gimnasia de Mendoza. Es importante poder comprender de una vez por todas que los partidos de fútbol deben ser una fiesta para los protagonistas e hinchas. Esta clase de episodios lamentables, encabezados por un puñado de inadaptados, no hacen más que empañar lo que debería ser una verdadera jornada de alegría y pasión. En relación al encuentro, la Asociación del Fútbol Argentino, dará traslado al tribunal de disciplina».