Varios quilmeños fueron víctimas del peor atentado terrorista de la historia argentina el 16 de junio de 1955, cuando la Iglesia Católica propició el bombardeo a la Casa Rosada y la Plaza de Mayo (los aviones tenían la inscripción Cristo Vence) en aras de derrocar al presidente Juan Perón votado en 1946 y 1952.
Uno de los muertos era un trabajador de la Municipalidad de Quilmes, según la investigación de Héctor Daniel De Arriba para su libro Los muertos de Plaza de Mayo (Dunken, 2022), que acaba de ser presentado en Berazategui y Avellaneda.
Julio Atilio Mercante, de 54 años, proveniente de una familia de Quilmes Oeste; vivía en Pringles 654. Murió aplastado, tenía tinto cianótico en la cara y escoriaciones en la rodilla. Por su condición de municipal, la Intendencia a cargo de Armando Bucich (padre de Ariel) adhirió al duelo y envió flores a sus deudos; el Concejo Deliberante lo consideró un «funcionario probo» y un «soldado leal, decidido y consecuente con sus convicciones». La CGT local adhirió a «quien salió a dar la vida por Perón y fuera alcanzado por la metralla asesina y traidora». Sus restos fueron inhumados en Ezpeleta con la presencia del Jefe comunal, miembros del Consejo Peronista, el Subcomando Táctico local y el Sindicato de Obreros y Empleados quilmeños. Poco después, el diario La Epoca ilustró la entrega de uno de los subsidios en la casa de la viuda, delante de su hija Ada.
Hubo otros muertos ligados a la ciudad.
Salvador Patrignani (hijo de Salvador y Rosa Filogna), ingeniero, de 30 años, murió por una herida de bala en el pectoral derecho. Fue velado en Uriburu 441, de Bernal, y trasladado al cementerio de Ezpeleta. Invitaron a despedir sus restos el Directorio del Banco Hipotecario Nacional, la Asociación de Empleados y La Bancaria.
Antonio Savegnano, italiano de 47 años, vivía en Tacuarí 171, de Bernal. Murió por traumatismo de cráneo con herida de tres centímetros en la región superciliar izquierda, herida contusa en la región occipital, y un total de nueve balazos sobre el lado derecho.
De Arriba consigna en su libro que la Universidad de Quilmes propició una intervención sónica titulada Mayo, Los Sonidos de la Plaza (1945-2001) realizada hacia 2003 en la Plaza de Mayo por Buenos Aires Sonora, con la comunidad educativa de la UNQ, a cargo del profesor Martín Liut y guion del periodista Ernesto Semán.
Más información tiene el libro tiene 365 páginas con una profusa investigación de cada víctima, la documentación, fotos y fuentes, así como los homenajes o recordatorios hechos hasta el presente (incluido el caso del puente de Triángulo de Bernal, al que a instancias del concejal José Migliaccio se llamó Heroicos Granaderos -2013- cuya foto el autor adjunta en página 310 pero que fue demolido hace pocos meses).
El mayor acto para la presentación del libro tendrá lugar en la CGT el 27 de junio:
Mil gracias por difundir estos hechos históricos.
Cuando van hablar del crimen de Lesa Humanidad del 47, Presidencia de Perón ( criminal igual que sus compañeros del colegio militar), en Rincón Bomba Formosa! De eso no hablan los secuaces del tirano prófugo!