EDITORIALES PARA EL ASALTO INSTITUCIONAL

Comunicadores de la Argentina #OPERETAS📣📲🎤📻🎧🔊🗣🎙

El coordinado diagnóstico editorial sobre una derrota oficialista en noviembre, igual o peor que la de las PASO, abre camino para preanunciar, otra vez, el fin del Frente de Todos, eventualidad ante la cual los tanques mediáticos proponen “alternativas”: un gobierno de “coalición”, el control derechista del Congreso y hasta la salida anticipada del presidente Alberto Fernández.

La posibilidad de una recuperación electoral del peronismo, aunque sea modesta, es desestimada a ojos cerrados por las y los articulistas de Clarín, Infobae y La Nación, con lo cual todo progreso oficialista en las urnas ya es estigmatizado como mera manipulación y fraude. Son repetidos los pronósticos del estallido del Frente, sea por la suposición de que Cristina Kirchner tomará todos los ministerios, empezando por el de Economía, o porque el Presidente, el 15 de noviembre por la madrugada, tras “hacerse cargo de la derrota”, se plantará en clave de ruptura definitiva.

“Vacío de poder”, en Clarín, “falta de gobernabilidad”, en La Nación, “ruptura” tras la votación en Infobae, son figuras y formatos lanzados para sostener esta sinfonía que tiene como eje sepultar el mandato popular de noviembre de 2019 para dar paso a un período anticipado de restauración no ya conservadora, sino ultraconservadora, tanto que se le prescribe a Juntos el acercamiento a los Espert, López Murphy, Gómez Centurión y Milei.

El concierto se completa con la renovada lucha contra las vacunas aplicadas en el país, con manipulaciones alevosas incluso en tapas, y la protección a Mauricio Macri ante sus complicaciones judiciales: la “casualidad” hizo que Clarín y La Nación estamparan al unísono la calificación de “sorpresivo” al llamado a indagatoria por las tropelías vinculadas con el hundimiento del submarino ARA San Juan.

Carlos Pagni en La Nación insiste por segunda semana consecutiva en sembrar la sospecha de fraude. Abunda en suposiciones y hasta arriesga un 4 por ciento que el peronismo puede sumar, dice, “contando votos” y comprando fiscales. Incluso instala los nombres de quienes estarían a cargo, Juan Manzur y Aníbal Fernández.

Combatido con intensidad durante 2020 por Marcelo Bonelli en Clarín, Pagni en La Nación y Roman Letjman en Infobae mientras renegociaba la deuda, el ministro Martín Guzmán es colocado fuera del gobierno en noviembre, obvio que porque “Ella” así lo quiere.

Cada vez más en los extremos, Pagni juega con la posibilidad de que el Presidente “no siga” si es desplazado el ministro de Economía. En suma, al servicio de la codicia extrema y urgente de los patrones para los que escriben, estos “periodistas independientes” no quieren esperar que el pueblo resuelva en las urnas en 2023, porque en noviembre habrá “otro país”, en un “clima de catástrofe” para el peronismo, que no sabrá “cómo seguir”.

Acorde con estos diseños, exponentes de la oposición saborean el asalto institucional, lo que es llevado al primer plano de las “noticias”, como Eugenia Vidal imaginándose presidente de la Cámara de Diputados ya el 10 de diciembre, ambición aplaudida por Patricia Bullrich y Elisa Carrió.

Si Macri dice que la citación judicial es una “maniobra electoral” oficialista, corre La Nación a publicar un suelto para descalificar el presente y el pasado del juez de Dolores que lo convoca, y Joaquín Morales Solá se pone de rodillas ante el patrón para firmar que el llamado a indagatoria se debe sólo a presiones oficialistas.

Los actos de servilismo periodístico no son solo para el ex presidente: Clarín, Infobae y La Nación censuraron con alevosía el operativo de Horacio R. Larreta contra un grupo de familias en la villa 31, en especial la violencia contra mujeres y niños y el ensañamiento policial contra unos pocos artículos y hasta juguetes, arrojados a la voracidad del fuego.

También el laboratorio estadounidense Pfizer puede considerarse satisfecho con servicios similares, dada la reiteración de títulos falsos contra Sputnik, sobre todo en Clarín, invisibles para grupos de chequeo y verificación de datos que, en su mayor parte, son una creación del sistema mediático manipulador y mentiroso que asola a la democracia para justificarse y validarse a sí mismo, ubicando a las “fake news” solo en el universo de las mal llamadas “redes sociales”.

Clarín, que tiene entre sus propietarios al grupo Black Rock, a su vez accionista de Pfizer, intensificó el combate también contra Sinopharm una vez que la ministra Carla Vizzotti anunció avances para vacunar a niñas y niños.

No se le ve límite a este despliegue: con algunas medidas gubernamentales hay un aumento del consumo, pero entonces Infobae titula el domingo que esto se debe al “plan bomba”, que hará que todo sea peor. Esta práctica ante cualquier buena noticia alcanza los aspectos más inesperados, y un título del jueves en Clarín lo evidencia de manera contundente: “Reabren Tecnópolis tras haberlo usado para el cierre de campaña de las PASO”.


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