POZO: TORTURABAN A NIÑOS DE 9 AÑOS

Tres sobrevivientes de la dictadura relataron los cautiverios en centros clandestinos de detención, donde oyeron torturas a niños y la presencia de mujeres. Entre esas víctimas, 18 embarazadas dieron a luz en cautiverio. Muchos de esos niños aún no recuperaron su identidad.

Ramón Raúl Romero

Tras ser secuestrado junto a su esposa Elena, en septiembre de 1977, sobrevivió al Pozo de Quilmes.

«Me hace mal recordar todo lo que pasé. (Mi familia) tiene miedo de mi declaración, porque esta gente (los represores) están con (prisión) domiciliaria y aún deben tener poder, porque en democracia hicieron desaparecer a un testigo».

Con su esposa embarazada, vio a un hombre de apellido Huero.

«Allí escuché una cosa tremenda, la tortura a dos chicos, que por sus llantos tendrían 8 ó 9 años. Eran criaturas… y el olor a carne quemada me duró no sé cuánto tiempo, ese olor lo tuve en el alma mucho tiempo».

Los colegas de La Retaguardia transmiten todos los juicios de lesa.

Norma Leanza

Secuestrada junto a su esposo y su suegro en octubre de 1977:

«Teníamos una pequeña militancia. Mi esposo era cineasta y queríamos filmar una película sobre los cañeros de Tucumán y por eso nos habíamos acercado a Montoneros»

Tras estar unos días en Puesto Vasco, fue llevada al Pozo de Quilmes, donde la alojaron en el pabellón de mujeres.

«Ahí sufrí tortura psicológica, cachetazos y estar esposada a la espalda durante días. La alimentación era escasa; con los otros secuestrados hacíamos el ProAl, el Prode de alimentos y decíamos ‘hoy viene fideos’, ‘hoy viene polenta’. Eso nos servía para saber si seguía el mismo número de secuestrados o habían llegado nuevos».

Norma aportó el nombre de otras cautivas. Entre ellas, la uruguaya Aída Sanz, secuestrada con más de ocho meses de embarazo, quien dio a luz en el Pozo de Banfield. Su beba apropiada recién recuperó su identidad en 1999. Por la supresión de identidad de Carmen Gallo Sáenz fueron condenados Miguel Etchecolatz y el quilmeño Jorge Bergés.

Aida Celia Sanz Fernandez, de Tupamaros, pareja de Eduardo Gallo.

Supo de otra uruguaya allí, María Asunción Mary Artigas (Tupamara secuestrada en Berazategui el 30 de diciembre de 1977, cuando tenía 26 años y dos meses y medio de embarazo).

«A Mary la visitaba un policía al que le decían ‘Saracho‘, quien al saber que estaba embarazada le traía frutas. Venía, siempre vestido de negro, se quedaba a mitad del pasillo. Después supe que era el policía Valentín Pretti y siempre pensé que le traía frutas porque pensaba apropiarse de la beba».

Según la base de datos del Parque de la Memoria, dio a luz el 25 de agosto de 1978 en el Pozo de Banfield. Abuelas de Plaza de Mayo recibió denuncias contra el hermano del comisario Penna, quien tenía una niña inscripta con una partida firmada por el médico policial Jorge Héctor Vidal. En enero de 1988, los análisis del Banco de Datos Genéticos (BNDG) confirmaron que era hija de Asunción y Alfredo Moyano. María Victoria fue restituida a su familia biológica.

Aporte del Encuentro por la Memoria de Berazategui.

Diana Guastavino

Ella declaró por su esposo, Roberto Fidel Yantorno (ex estudiante de la UNLP, militante comunista del PCML), secuestrado cuando tenía 31 años, el 5 de diciembre de 1977: llevado al Pozo de Quilmes, continúa desaparecido.

Ella, secuestrada en Coordinación Federal, sufrió la picana, submarino seco, simulacros de fusilamiento, hechos por los que no hay ningún juzgado, remarcó la víctima.

Imputados

El Tribunal Oral Federal (TOF) 1, de La Plata, integrado por Walter Venditti, Esteban Rodríguez Eggers y Ricardo Basilico, juzga por estos delitos al ex ministro de Gobierno bonaerense, Jaime Smart; al ex director de Investigaciones de la Policía bonaerense, Miguel Etchecolatz; el ex médico policial Jorge Antonio Bergés y a los imputados Federico Minicucci; Carlos Maria Romero Pavón, Roberto Balmaceda y Jorge Di Pasquale. También a Guillermo Domínguez Matheu; Ricardo Fernández; Carlos Fontana; Emilio Herrero Anzorena; Carlos Hidalgo Garzón; Antonio Simón; Enrique Barré; Eduardo Samuel de Lío y Alberto Condiotti.

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