
Por Lic. Matías Nicolás Peronja
El pasado fin de semana tuvo lugar el Congreso Provincial de la Juventud Radical de Buenos Aires, con la finalidad de elegir las nuevas autoridades que integrarán la mesa de dicho Congreso para el período que componen los dos próximos años. En virtud de mi responsabilidad como Congresal Provincial por la Tercera Sección Electoral, de la que Quilmes forma parte, opté por avalar con mi voto la designación de dichas autoridades a las cuales con mucho entusiasmo felicité apenas terminada la sesión.

El saldo de dicho evento, además de el sano recambio de quienes encabezarán este nuevo ciclo institucional del radicalismo juvenil, es también uno de unidad; esto no es sólo en el plano político práctico, las distintas corrientes internas del radicalismo lograron confluir hacia un acuerdo, sino en el aspecto ideológico, originado en el presente contexto electoral que atraviesa nuestra República Argentina.
Dicha homogeneidad de las ideas se origina en base a una postura común que ha tomado el radicalismo en todos los confines de la Patria: Ante un escenario de ballotage que nos coloca ante dos candidatos que se han mostrado en las antípodas del proyecto de país que hemos perseguido quienes integramos la Coalición de Juntos por el Cambio, se entendió desde el plano institucional que, si bien cada uno de quienes formen parte del Partido o sean simpatizantes del mismo pueden votar con total libertad de conciencia en este difícil momento, el Partido desde sus instituciones ha manifestado su equidistancia respecto del ministro-candidato Sergio Massa y su contraparte, el anarcocapitalista Javier Milei.
Esto se debe a que, a pesar de hoy estar en una desesperada búsqueda de los otrora denostados electores radicales, que han sabido hace unos meses subestimarpor completo, se ha entendido entre quienes nutrimos las filas del Partido Centenario, que jamás podría ser compatible con las históricas banderas decantarse por uno u otro entre el Ministro de Economía del que digo con total seguridad es el peor Gobierno de la historia Nacional y el candidato a Presidente que en reiteradas ocasiones aseguró que “el populismo de Yrigoyen” es la raíz de todos los males en la República Argentina. Asimismo, se trata de dos candidatos con un fuerte componente populista, antirrepublicano y, si se me permite la advertencia, con un carácter antagónico con los valores de la convivencia democrática sana.
Si bien en nuestra Ciudad la discusión electoral está ya zanjada, y la actual Intendente por Unión por la Patria fue ratificada en las urnas para un segundo mandato, nos es inevitable no sumergirnos dentro de la vorágine de los próximos comicios. Veo en esta oportunidad otra instancia para reiterar a quien lee estas líneas que el Partido Radical, independiente del posicionamiento que puede tener uno u otro dirigente de manera individual en el marco de libertad de conciencia que se ha decidido, ha sido elegido por cada uno de los votantes quilmeños para representarlos desde un lugar opositor, sea cual sea el resultado de este mes de noviembre en las urnas.
Queda por delante de todos nosotros, entonces, comenzar a trabajar desde hoy tanto en Quilmes, como en Buenos Aires y en toda la Argentina, para actuar como contrapeso a estos dos proyectos de poder que se están disputando el Poder Ejecutivo, ser el límite ante quienes fomentan la decadencia sostenida de nuestro país y garantes de la Libertad, la Democracia y la República en la Argentina, en simultáneo con la creación desde las bases de un nuevo proyecto de país que esté a la altura de los desafíos que tendremos por delante en las próximas décadas. El radicalismo, unido por amor contra el espanto, tendrá la tarea de empezar a discutir futuro.

