EN ALGÚN LUGAR DE LA RUTA 7, ENTRE MENDOZA Y BA.
Fue pobre lo de Quilmes en la cancha de Deportivo Maipú. Perdió 2 a 0 y pudieron ser más goles por lo hecho en el campo de juego desde ambas escuadras. El equipo de Sergio Rondina jamás le planteó batalla a un local que siempre fue más. Terminó el Cervecero con un jugador menos por la expulsión de Leandro Allende.
Fue un primer tiempo donde Quilmes se plantó con un único cambio: el ingreso del pibe Schulz en lugar de un Oscar Belintez que integró la banca de suplentes. La primera fue adentro para Maipú: un tiro libre que derivó en el toque para un solitario Eggel, que venció a Glellel al rematar al primer palo. Pero jamás hubo una reacción del Cervecero a esa desventaja casi desde el vestuario. Ante cada disputa del balón, casi siempre venció uno de camiseta roja y blanca. En esa primera etapa, el golero cervecero salvó dos veces la caída de la valla bonaerenses. Primero, al arrojarse a los pies de Pío Bonacci; luego, al despejar un tiro libre cerrado. Los locales tuvieron dos intervenciones más, que el 1 volvió a salvar pero no conllevaron tanto peligro. La más difícil fue un tiro de Eggel en donde el riocuartense se tiró abajo y la mandó al corner.
En ataque, lo de Quilmes fue más pobre que la temporada en la costa atlántica argentina. En todo el primer tiempo puede contabilizarse, con mucho viento a favor, un balón que boyó en el área maipucina y que Enzo Kalinski no llegó a conectar. El resto de lo hecho por el conjunto de Rondina fue más parecido a lo de un rejuntado con poco entusiasmo. En especial, la función del mediocampo: pobrísima actuación de los tres volantes (Kalinski, Iván Ramírez e Iván Allende) en conjunto con Marcos Roseti. Jamás dieron la sensación de que Ignacio Pietrobono tenga algún sobresalto.

En el segundo tiempo, Rondina sacó a Schulz y puso a Belintez. Así, se volvió a la formación que había posibilitado el 1 a 0 ante Gimnasia y Tiro. Con el paso de los minutos, Quilmes siguió en la misma, dominado por Deportivo Maipú. El DT cervecero dio cuenta del pobre rendimiento del Decano y mandó a la cancha a Camilo Machado y a Federico Pérez, en lugar de Leonel Vangioni y Fernando Torrento. Allí, Allende se retrasó; Roseti pasó a jugar por el costado para un 4-4-2. Nada funcionó.
Se escapó Eggel, tocó para Bonacci y Kalinski derribó a este último. El penal clarísimo, sancionado por un muy bien ubicado árbitro, sentenció el 0-2 para Quilmes. Nada sirvió, a pesar de los gestos elocuentes de Rondina desde el banco y los ingresos del debutante Mariano Miño y Juan Ignacio Capano. Para coronar la debacle, en una escapada de Eggel, Allende lo agarró de la camiseta justo antes de que ingrese al área de cara a Glellel. Viñas cobró el foul y expulsó al cervecero. Con diez hombres terminó Quilmes un partido en el que la última jugada también fue de Maipú: el ingresado Silva se escapó por izquierda y su remate se fue apenas desviado.

Quilmes pasó por Maipú y no dejó nada. Perdió, jugó muy mal y exhibió rendimientos individuales preocupantes. Como saldo positivo es que esto ocurrió en la segunda jornada, cuando todavía hay muchas fechas para poder revertir la situación.
