Nacimos nueve, hoy diez para enfrentar los fantasmas y demonios de un tiempo atroz. Nos maceramos en tres historias que se moldearon con barro, piedras y pasiones colectivas. Y el interminable intercambio de saberes hizo camino al andar. Golpe a golpe, verso a verso. Lentamente florecieron en tierra fértil, caminamos descalzos sin desconocer las espinas que serán heridas y, después, cicatrices. Sin jamás olvidar que ya recorrimos diez pasos hacia el horizonte, que guiñándonos un ojo se corre diez pasos más allá.
Si faltas tú, no habrá milagro.
