Por Pablo Despos
Quilmes empató 1 a 1 en la tercera fecha del campeonato de Primera Nacional. Fue ante Deportivo Madryn en el Centenario. En la primera parte, poco pasó; en el complemento, adelantó Silba a los patagónicos tras un error de Esteban Glellel. El colombiano Camilo Machado igualó para los cerveceros con un golazo de tiro libre. La sensación general fue la de un pobre equipo al que le falta rodaje.

A los 15 segundos, Solís enfrentó a Glellel y la tiró por arriba del golero. La sacó justo Federico Pérez. A Quilmes le costó entrar en ritmo del partido, al punto de que no tuvo tiros al arco en la primera parte. Tuvo un remate de Emanuel Herrera que se fue desviado a los 10 minutos y algunas combinaciones interesantes entre Marcos Roseti y algunos compañeros que mostraron entusiasmo. Entre estos, se destacaron el criterio de Marcos Enrique y las subidas del pibe Julián Gurzi (cuando lo vieron, porque en infinidad de ocasiones se mostró solo y con campo para subir pero no le dieron la pelota). El resto, nada.
Por su parte, otra vez la defensa cervecero dio muestras de que necesita rodaje. Le costó horrores salir del fondo con criterio. A los 26 minutos, un tiro libre de Solís obligó a Glellel a mandar la bola al corner. Fue la otra jugada de riesgo en contra de la valla alba.

En el complemento, salieron sin cambios tanto Madryn como Quilmes. Aunque el equipo de Rondina lo hizo con muchas más ganas. Pero poco pasó. Lo del Cervecero volvió a ser pobre en la creación de jugadas a pesar de los tres enganches: Camilo Machado, Roseti y Mariano Miño. Ni hablar de un Herrera al que pocas veces le llegó la pelota. En este contexto, no hubo tiros al arco. Hasta que llegó el error de Glellel: centro de Salís y el arquero que dejó la pelota viva en el área. Solo tuvo que empujarla Luis Silba.
«Movete, Quilmes, movete…», bajó desde las gradas del Centenario. Pero 12 minutos después, Camilo Machado clavó un golazo de tiro libre al palo del arquero y las pardas parecieron apaciguar algunos ánimos. Sin embargo, tras una serie de cambios y dos remates al arco (uno de Enrique y otro de Capano), poquísimo pasó en ofensiva para los albos. Para Deportivo Madryn, la cosa fue parecida: solo una salvada de Glellel abajo ante un tiro de Silba impidió que el marcador se desnivele.

A Quilmes le faltaron ideas y amalgamar a varios futbolistas jóvenes que integraron la plantilla. Dos empates en tres partidos suenan a poco. Es cierto que falta mucho pero aun no se ve la punta del ovillo de dónde desenmarañar el atasco en el el Cervecero está metido.
