LA GRASITA, COMO UNIPERSONAL

(CIQ) Este sábado se presentó en el Teatro Municipal el unipersonal de narración oral basado en el libro del mismo nombre, declarado de interés educativo provincial y recomendado para las escuelas, cuya autora, Mercedes Pérez Sabbi, visitó Quilmes en dos oportunidades, como se informara aquí en 2022 y 2023.

Pérez Sabbi, en su visita a la Casa Walsh

Este medio habló con Lili Meier, la artista que subió a escena, y esto nos compartió:

En una remera leí: “Todos Somos hijos de la misma historia”. ¿Cuál es esa historia? La historia de su país, su propia historia con los relatos de los adultos: relatos escritos, orales…; pero siempre ha habido una historia que se entrelaza con otras y forma la trama que cada uno construye, con lo que tiene, con lo que puede. ¿Qué sucede cuando hay una parte fundamental de nuestra historia que fue silenciada? Silenciada con esa mordaza que, por la fuerza de lo acontecido, su voz brota disfrazada, representando las más diversas caras que los odios suelen presentar cuando siguen vivos.

La Grasita viene a romper las vallas del silencio sobre los acontecimientos de aquel jueves del 16 de junio de 1955, cuando la Plaza fue bombardeada por nuestras propias fuerzas, hecho jamás repetido en la historia universal. Por eso, La Grasita no es una obra más, es una obra necesaria que, de una manera amena, en primera persona.

Clarita, una niña de 10 años (representada por Lili Meier) le dará vida a la novela homónima de Mercedes Pérez Sabbi, adentrándose en la vida pueblerina de una familia de los años ’50. Hay un dibujo de época. El cine, el radioteatro, la llegada de la televisión, la política, la sexualidad, la amistad se entretejen como acontecimientos cotidianos de una infancia de juegos interrumpida por lo inesperado en una mañana del aquel 16 de junio en la Plaza de Mayo.

Ese día se inauguró el ciclo de violencia institucional contra el pueblo; un hecho silenciado, no olvidado. Está ahí el huevo de la serpiente de la violencia institucional que se continúa con el golpe del ’76.
En La Grasita se apela a la belleza de lo pequeño para contar el horror de lo grande desde una mirada sensible y esperanzadora de los hechos.

Considero que la obra, como todo arte, es un disparador para que los jóvenes tomen conciencia de las heridas silenciadas que nos unen y nos determinan como pueblo. La Grasita es una obra que puede llevarnos a leer la historia casi desconocida por gran parte de la población.

Por el arte se conoce la historia y se construye memoria.

“El que sueña solo, sueña. El que sueña con otros, hace historia”

Espero que podamos volver a construir sueños colectivos.


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