PERON Y EXTRANJEROS: LA ARGENTINA QUE AMO

Fragmento del discurso durante la clausura del Congreso Nacional de Filosofía en el Teatro Independencia el 9 de abril de 1949.

“Deseo, señores, que al pisar esta tierra os hayáis sentido un poco argentinos y con ello nos habréis hecho un gran honor y brindado una inmensa satisfacción. Para el corazón argentino, en nuestra tierra, nadie es extranjero, si viene animado del deseo de sentirse hermano nuestro. Ese corazón y esa hermandad es lo que os ofrecemos como más sincero y como más precioso. Que os sintáis en vuestra casa será nuestro orgullo. En ella nadie os preguntará quién sois y os ofrecerá, con el pan y la sal de la amistad, esta heredad de nuestros mayores, que queremos honrar como la honraron ellos”

Juan Domingo Perón

¿Qué quiso decir Perón?

Sus palabras encierran una profunda reflexión sobre la identidad, el sentido de pertenencia y la hospitalidad. Al dirigirse a quienes visitan Argentina, Perón no sólo les ofrece un lugar físico en suelo argentino; les extiende una invitación a ser parte de una comunidad más amplia, a sentirse en casa.

Perón destaca la importancia del deseo como motor de la identificación y el reconocimiento mutuo. No es el origen ni la nacionalidad lo que define la bienvenida, sino el anhelo de establecer lazos fraternos. Así, se rompen las barreras del extranjero y se abre el corazón argentino para acoger a aquellos que desean formar parte.

El concepto de hermandad que Perón enfatiza trasciende las fronteras geográficas y culturales, sugiere que la verdadera conexión entre las personas se encuentra en el sentimiento de solidaridad y empatía mutua. Al ofrecer el pan y la sal de la amistad, Perón simboliza el gesto de compartir y acoger al otro como parte de la comunidad, honrando así la tradición y el legado de generaciones.

Estas palabras invitan a reflexionar sobre la naturaleza de la identidad nacional y la inclusión. Recuerdan que la verdadera riqueza de una sociedad radica en su capacidad para acoger a aquellos que llegan con esperanza y aspiraciones, reconociendo en ellos la misma humanidad y derecho a sentirse en casa.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *