QUE P.A.S.O CON MAYRA EN QUILMES

No podemos todavía más que reflejar un día después el triunfo de Juntos y la derrota del Frente de Todos.

Al ser un distrito donde el cristinismo apostó fuerte pero de manera desordenada, y Juntos sumó la atracción de votos que significaron Martiniano Molina y Facundo Manes en este testeo previo a las elecciones definitivas de noviembre, resulta por lo menos azaroso todavía ahondar punto por punto en un resultado que con el correr de las horas permitirá exponer el cuadro de situación con más elementos.

El futuro del Concejo Deliberante con mayoría de la oposición condicionaría de manera tajante a Mayra Mendoza en su mandato que, es evidente, no es aprobado hoy por la mayoría ciudadana, que lo considera sin ejecutividad, y bulle en los laterales de una militancia local desplazada e ignorada tanto en los cargos públicos relevantes como en el armado de lista resultante.

El oficialismo derrotado contrasta con la casi totalidad de los municipios vecinos triunfantes, salvo Lanús. La responsabilidad de la derrota reflejada en estas P.A.S.O para la jefa comunal es indudable como lo es la urgente necesidad de reconocerla, y que abandone hasta el final de su mandato la actitud segregadora e irrespetuosa hacia la ciudadanía y la militancia local. Esto no le garantizaría el triunfo en noviembre, pero seguro le daría al FDT la posibilidad de realizar una elección más honrosa ante sus propias y propios pares.

No hay que descartar que la derrota fue una herramienta de castigo, que era esperable en la oposición, pero sorprendió que se utilice en los sectores propios, defraudados.

Nunca, sin embargo, está dicha la última palabra. Hay que evaluar si se mantendrán los porcentajes de votantes, y donde irán a parar los votos de las fuerzas que no llegaron a entrar para la contienda de noviembre.

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