Recolectores de residuos domiciliarios todos los días son esperados por un niño, y decidieron darle una gran sorpresa al pequeño amigo.
Julián sale a la vereda para saludar al camión de basura siempre que los escucha.

Además, les ofrece gaseosa o un vaso de agua para que se refresquen. Mientras ellos lo saludan tocando bocina y chocándole los cinco.
Por eso esta vez ellos decidieron agasajarlo y le llevaron una camiseta de fútbol de Quilmes, para su gran alegría.
“¡Le quedó pintada!”, gritaban mientras se despedían.

