
Entrevista al actor y dramaturgo Sebastián Sandoval: “Quiero contar mi cosmovisión de la realidad como artista desde Quilmes”.
Por Víctor Alvero, CC Buena Estrella
El teatro independiente necesita de una llama difícil de mantener encendida. La carencia de recursos hace que las y los artistas tengan que financiar sus vidas con otras ocupaciones, algunas de ellas lejos de la fantasía y el juego que proponen los escenarios.
Sebastián Sandoval es dramaturgo, director y actor de teatro, hombre del teatro independiente. Y llegó con muletas a esta historia. Es que un accidente en moto que lo dejó tres o cuatro meses en cama lo despertó, “una epifanía quizá”, cuenta.
“Me fui con las muletas a la escuela de teatro, sin haber pisado unas tablas, más allá de los talleres de la escuela”
Hasta ese momento, como todo pibe de clase media-baja y con el tránsito de su adolescencia anclado en la década del noventa, la fascinación por la tele fue central. Más tarde llegó la música, “el acercamiento al arte lo tuve por influencia de mi padre que es músico”, y las bandas de rock. Hasta que la moto golpeó contra el asfalto y la historia la siguió contando sobre los escenarios.
“Vengo del teatro independiente de Berazategui, de Quilmes, de La Plata”, cuenta Sebastián y pone en eje la charla cuando asegura querer “conformar un bastión del teatro independiente en Quilmes”. El artista entiende que la ciudad tiene una actividad teatral sólida y al mismo tiempo desnuda la fragilidad de poder sostenerla.
Repite una y otra vez que los componentes de este teatro son una mixtura de formación académica, “mucho del oficio, mucho del hacer, mucho de la ayuda”, y en esto es donde encuentra un valor agregado que lo anima a tratar de generar un polo de investigación teatral “con la identidad propia del conurbano”.
“En general los artistas de Quilmes no sólo se dedican al teatro, sino que además tienen otros laburos, o hacen changas o muchos están metidos en la militancia social, ayudando en un barrio, haciendo talleres populares. Y esta es la identidad del teatro del conurbano”
En este tipo de teatro es donde a Sandoval le toca jugar y la investigación ha decidido que sea su camino. “El Panteón de los Dioses” es su tercer obra, “la primera fue un unipersonal, la segunda un dúo y en esta tercera quería que fueran tres y terminamos siendo más”.
Una obra parida en un laboratorio teatral. “Es un método propio que desarrollé junto a Jerónimo Buffalo, director y actor de La Plata”, nos cuenta el director para guiarnos en el cómo se ha construido esta obra.
Una serie de ejercicios físicos a los que fue encontrándoles tiempo y forma para que decanten en “escenas”, un juego donde los actores y actrices han sido parte fundamental de la construcción de la narración.
“Usamos ejercicios de Aikido, un arte marcial japones, con caídas y demás. Convocamos actrices y actores de diferentes disciplinas”, y por supuestos todas y todos artistas del conurbano.
“Me parecía muy loco que haya un artista de danza butoh japonesa en Quilmes, hablé con él, se vino. Una bailarina de danza clásica contemporánea, otra de contact e improvisación, un actor de oficio y escuela, todo esto le metimos y busqué encontrarle un marco”
El marco del que habla el artista es El Panteón de los Dioses, este ejercicio de laboratorio que es también
“Una sátira a la tecnología. A los tiempos de velocidad en los que vivimos. Donde ya tenemos whatsapp 2×0, porque ya no nos queda tiempo para escuchar ni un minuto de audio”.
Esta obra es parte del “Festival Periférico” que comenzó en principios de septiembre y que durante todo los fines de semana de octubre seguirá con distintas obras en el escenario de la Comunidad Contempo en el centro quilmeño.
Sebastián Sandoval es uno de los impulsores de esta movida teatrera del sur del conurbano.
Hay un trabajo de realización de Gabo González para la Comunidad Contempo, que se suma al arduo trabajo que significó poder generar un encuentro como este, aun cuando la arquitectura que se ha usado es la de la Fundación Contemporánea, herramienta central de construcción para este festival.
Lograron, gracias al trabajo que viene haciendo el Ministerio de Cultura de la Nación, cubrir el 30% de aforo y esto dejaba libre que las entradas fueran directamente a las cuatro compañías que presentan obras en el festival.
“La realización del festival nos llevó a la idea de construir un polo de producción teatral en Quilmes. Que no sea la ciudad un lugar de paso. Esta es la idea de la gestión de teatro que quiero realizar”
El trabajo del artista periférico no es fácil y para el creador del Panteón de los Dioses no solo tiene que ver con lo geográfico, sino además en la concepción del trabajo de aquel que no construye en la CABA.
“Yo voy a hacer obras de teatro en Quilmes, voy a hacer un laboratorio de teatro en Quilmes y voy a contar mi cosmovisión de la realidad como artista, el grano de arena que puedo aportar, desde Quilmes”
El Festival Periférico busca hacer anclaje con su propuesta en una ciudad repleta de expresiones artísticas, algunas de ellas de altísimo vuelo pero con todavía una profunda lucha para la profesionalización.
Generar estos encuentros es un paso más en la construcción de trabajo para las y los artistas. Único motor para la realización de una sociedad mejor. Una sociedad donde las periferias solo hagan referencia al dónde y no al cómo.
El Panteón de los Dioses, sus artistas, su director y creador, siguen en la búsqueda, obsesionados por la construcción por un lugar mejor. Tal como Sandoval nos dijo en un momento de nuestra charla:
“Mi intención es que haya un lugar donde se pueda desarrollar e investigar. Que no sean emprendimientos hobistas de artistas que antes de subir al escenario movieron horas y horas tierra de un lado al otro, porque esa es la changa”
Comunidad Contempo

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