Mayra Mendoza participó este sábado en la Catedral de Quilmes, del Tedeum por el 206° aniversario del Día de la Declaración de la Independencia, que fue presidido por el Obispo de la Diócesis de Quilmes, monseñor Carlos Tissera. El evento contó con la participación de funcionarios municipales, concejales, legisladores provinciales, representantes de colectividades, instituciones, veteranos de guerra de Malvinas y de diferentes cultos. Luego, se realizó un desayuno en la Casa de las Culturas.

Luego del Tedeum a cargo del obispo, al cumplirse además 21 años del fallecimiento del padre obispo de Quilmes, Jorge Novak, afirmó Mayra:
«Este Día de la Independencia es un momento de reflexión, reivindicar estas fechas históricas, hacer un ejercicio de memoria colectiva, reconocer a los padres de la patria, a esos hombres y mujeres que han construido heroicamente nuestra patria, peleando por nuestra libertad, luchando por nuestra independencia. La verdad es que la Independencia de nuestro país es algo que todavía tenemos que seguir consolidando, tiene que ser un ejercicio democrático para cada ciudadano pensar qué significa la independencia hoy, y la independencia hoy significa tener garantizados los derechos para todos por igual»
En la misma línea, sostuvo:
«Desde la responsabilidad política que me toca como Intendenta de Quilmes, a los gobernantes en general, a los empresarios, a los sindicalistas, a los dueños de comunicación, a los periodistas, todos cumplimos un rol muy importante en nuestra sociedad y todos tenemos que hacer nuestro aporte para construir una sociedad mejor, que de esa manera también va a tener mayor independencia y poder hacerse valer por sí misma».
Por último, la Jefa comunal subrayó:
«Estamos para trabajar y garantizar los derechos de nuestra población. En este Día de la Independencia, como Intendenta y militante política que soy, les pido que sigamos trabajando para que nuestro pueblo tenga garantizados sus derechos, y de esa manera podamos hacer una patria grande y un pueblo feliz».

Por su parte, Tissera expresó en su alocución durante la celebración:
«Desde Quilmes nos unimos a todo el pueblo argentino para comprometer nuestros esfuerzos, para ser instrumentos de justicia, de amor y de paz. Y así gozar de la verdadera libertad que soñaron nuestros mayores».

Luego, Mayra compartió un desayuno con todos los presentes en la Casa de las Culturas, en la peatonal Rivadavia y Sarmiento, en Quilmes Centro, donde dialogó con los integrantes de instituciones y colectividades, entre otros, sobre las tareas que llevan adelante y la importancia de continuar con el trabajo en conjunto.
POEMA CONJETURAL
El doctor Francisco Laprida, asesinado el 22 de setiembre de 1829 por los montoneros de Aldao, piensa antes de morir:
Zumban las balas en la tarde última.
Jorge Luis Borges
Hay viento y hay cenizas en el viento,
se dispersan el día y la batalla
deforme, y la victoria es de los otros.
Vencen los bárbaros, los gauchos vencen.
Yo, que estudié las leyes y los cánones,
yo, Francisco Narciso de Laprida,
cuya voz declaró la independencia
de estas crueles provincias, derrotado,
de sangre y de sudor manchado el rostro,
sin esperanza ni temor, perdido,
huyo hacia el Sur por arrabales últimos.
Como aquel capitán del Purgatorio
que, huyendo a pie y ensangrentando el llano,
fue cegado y tumbado por la muerte
donde un oscuro río pierde el nombre,
así habré de caer. Hoy es el término.
La noche lateral de los pantanos
me acecha y me demora. Oigo los cascos
de mi caliente muerte que me busca
con jinetes, con belfos y con lanzas.
Yo que anhelé ser otro, ser un hombre
de sentencias, de libros, de dictámenes
a cielo abierto yaceré entre ciénagas;
pero me endiosa el pecho inexplicable
un júbilo secreto. Al fin me encuentro
con mi destino sudamericano.
A esta ruinosa tarde me llevaba
el laberinto múltiple de pasos
que mis días tejieron desde un día
de la niñez. Al fin he descubierto
la recóndita clave de mis años,
la suerte de Francisco de Laprida,
la letra que faltaba, la perfecta
forma que supo Dios desde el principio.
En el espejo de esta noche alcanzo
mi insospechado rostro eterno. El círculo
se va a cerrar. Yo aguardo que así sea.
Pisan mis pies la sombra de las lanzas
que me buscan. Las befas de mi muerte,
los jinetes, las crines, los caballos,
se ciernen sobre mí… Ya el primer golpe,
ya el duro hierro que me raja el pecho,
el íntimo cuchillo en la garganta.