
El empate, conseguido sobre el final, dejó a Quilmes con la gratificación de haber sumado. Enzo Acosta y Pier Barrios posibilitaron la igualdad en un parrido que estaba a todas luces casi perdido.

Quilmes intentó jugarle de igual a igual a San Martín en la primera etapa. Para ello, de movida se puso Kevin López como un enganche y no en un doble cinco con Drocco. En una de las primeras, Moreno intentó con un corner olímpico que Sand sacó fácil. Al toque, contestó San Martín con un remate de Sosa, en arremetida por izquierda, que dio en el travesaño. En esta etapa, la fórmula más utilizada fue el centro de Ortega para la cabeza de alguno. Así llegó una muy clara con un testazo de Federico González que se fue al lado del palo. Luego de una salvada de Perafán ante el remate de Miritello que entró en soledad, Quilmes salió un poco del fondo. Sin embargo, en todo momento se notó la diferencia de precisión de los pases de los tucumanos con respecto a Quilmes. Lo que el equipo de De Muner resolvió en un toque, al Cervecero le costó tres. La apertura del marcador llegó con un tiro de libre muy esquinado de Costa que se le metió a Perafán. La bola pasó entre varios defensores y el 1 a 0 fue realidad para el equipo del norte.

En la segunda etapa, Benítez apostó por el fútbol de Acosta. Sin embargo, enseguida sufrió Quilmes otro trompazo. Diarte ingresó por izquierda y enfrentó a Perafán, remató y convirtió el segundo. Cuando ingresaron Blanco y Machado, el equipo quedó con un 4-4-2 en donde los volantes centrales fueron Kevin López (enganche por naturaleza) y Moreno. Pasaron cinco minutos hasta que se armó una jugada entre Machado, Acosta y Blanco en donde este último quedó cara a cara con Sand, aunque la bola no le bajó nunca como para rematar de forma cómoda y el balón se fue por encima del travesaño. Al toque, la visita contestó con un remate de Abreliano al lado del palo. San Martín también movió el banco y mandó a la cancha a Céliz, quien metió dos remates en menos de un minuto: uno se fue muy alto y el otro al lado del palo.

Quilmes, por su parte, muy desordenado, intentó con un centro de Ortega a la carrera que fue despejado. De una, le pegó Acosta y la pelota fue despejada por Sand al corner. En la jugada siguiente, descontó Acosta con una media vuelta que se desvió en un defensor y descolocó al golero de San Martín. Allí, el partido entró en una lucha en el medio en donde se olvidaron de las áreas por un rato. Sin embargo, Quilmes tuvo el premio a la insistencia. En una bola llovida que fue despejada, Pier Barrios le pegó no con mucha fuerza. La pelota cruzó entre varios futbolistas visitantes y el arquero pareció verla recién cuando estaba por cruzar la línea de meta.

El 2-2 fue un premio quizá excesivo por el desarrollo del juego. Sin embargo, así como en otras jornadas al Cervecero se le escurrieron puntos sobre el final, ahora conquistó una unidad cuando estaba casi muerto.