
PUERTO MADRYN (enviado especial) – Quilmes igualó sin goles en esta ciudad frente a Deportivo Madryn en una actuación deslucida. Tuvo un primer tiempo para el olvido, en donde casi no creó situaciones de riesgo frente a la valla rival. En el complemento, mejoró con el ingreso de Federico Anselmo mas quedó en deuda tras llegar al cuarto partido consecutivo sin ganar.
Quilmes tuvo la más clara del partido al minuto. Nicolás Temperini, el arquero local, la sacó con la cara a la bola tras cabezazo de Facundo Castro. Ahí, el Depo tomó la pelota, fue dueño de la tenencia. En cambio, en Quilmes se jugó como si ese tiro hubiese entrado. El equipo de Mario Sciacqua se tiró atrás. En cambio, el Aurinegro fue dueño del primer tiempo, no claro en la definición pero sí en tenencia y llegadas. De hecho, Milton Álvarez fue figura en ese lapso al tapar tres pelotas con destino de red. Y eso que el golero tuvo el sol en contra. Además, cortó un avance fuera del área con infracción.
En el reinicio, Mario Siacqua metió a Federico Anselmo y a Iván Colman. La idea era obvia: Colman era un gran enganche y Anselmo era un gran delantero, aunque no pasan por un buen momento. Ambos cayeron en la mediocridad, como el equipo el equipo en su totalidad, en realidad. Aunque el segundo tiempo fue más animado para ambos lados y los arqueros estuvieron correctos, no sobresalientes porque no fue necesario, pero supieron neutralizar al rival.

Los del sur del país no supieron aprovechar la debilidad de Quilmes: La pelota parada en contra. Hicieron cualquier cosa en los tiros con bola quieta, tanto en los corners como el los libres, la mayoría en el pie de Nicolás Sánchez. Por su parte, Quilmes no tiene definición hace rato. En la cancha, los hinchas de Madryn se lamentaban por la baja baja vital en la semana, el goleador González, con 13 goles, máximo artillero del club en el torneo y segundo en general en la zona B se fue a Colombia para jugar en primera división, una oportunidad que no podía dejar pasar. Entonces el Depo se quedó con poco arriba y abajo es fuerte. Todo era cuestión de que Quilmes la emboque en alguna, cosa que no sucedió. Así y todo, en ese contexto, Quilmes tuvo dos con Anselmo en las que Temperini reaccionó muy bien.
Triste y aburrido, no le sirvió a ninguno de los dos y empieza el fantasma de bajar a pelear por permanecer en zona de reducido por la reválida por el segundo ascenso y el equipo de esta ciudad ya no puede ni soñar con ganar la zona. Solo las matemáticas lo avalan, después está casi todo mal. Se viene Dálmine en el Centenario, está en zona de descenso. Si se va ese tren, se viene la noche, como para quedar en La Pampa y la vía.

