Julieta Lombardelli, de la materia Introducción al desarrollo de videojuegos de la Universidad Nacional de Quilmes, está nominada al Premio Heroínas Womenize Latam 2024 en la categoría Docentes STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas, por sus siglas en inglés). Este galardón tiene como objetivo visibilizar y reconocer los aportes de las mujeres en la industria latinoamericana de la tecnología y los videojuegos. Es la única nominada del país.
Le dijo a la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ:
“Verme nominada junto a otras increíbles mujeres de Latinoamérica es un reconocimiento a todas esas pequeñas y grandes acciones que compartimos en el día a día orientadas a fomentar el desarrollo de una educación más inclusiva y accesible. Esta nominación es un recordatorio de que la educación es, en definitiva, un proceso colectivo, donde cada paso dado por todos los que estamos comprometidos con ella tiene un impacto real y transformador”.
La importancia de visibilizar e incentivar la presencia y el impacto de mujeres en las carreras STEAM es fundamental: según la Unesco, en la matrícula de educación superior, las mujeres representan sólo el 34 por ciento en Argentina; el 25 en Chile; el 30 en Brasil; el 38 en México. El proyecto Womanize, que nació en Alemania para luego expandirse a América Latina, es un aporte más para generar un camino más igualitario en las tecnologías.
Las categorías que se premian son Videojuegos, Corporativa y Negocios digitales, Emprendimiento y Docentes STEAM. Además de docente de la UNQ, Lombardelli es profesora en el Colegio Nueva Escuela Argentina y coordina el proyecto Sheroes in Games, apoyado por la UNQ y que apunta a reducir la brecha de género en la industria de videojuegos.
Explica la especialista:
“Las tecnologías, y en particular los videojuegos, han estado vinculadas a patrones de consumo y a espacios socioculturales que han impuesto un sesgo dominante. Se creó una industria que, por mucho tiempo, ha estado dominada por una visión muy específica”
Según detalla, quedaron fuera del juego no sólo las mujeres sino personas de diversas identidades de género, pueblos ancestrales y comunidades consideradas minoritarias.
“Todos y todas tenemos algo para aportar. Por eso es fundamental que las mujeres, y en especial las niñas, se involucren en este campo: para que podamos, con nuestras perspectivas y vivencias, enriquecer la industria y contribuir a crear juegos que sean reflejo de un mundo más inclusivo, diverso y, sobre todo, más humano”.