VOX DEI… ES ETERNA LA VIDA

Desde el lugar.

Emocionante cierre tuvo el Día del Músico, en el Teatro de Quilmes, con una banda que reprodujo La Biblia de Vox Dei con distintos cantantes hasta que, al final, Ricardo Soulé y Willy Quiroga se dieron la mano antes de improvisar un par de canciones con guitarra acústica en uno de los momentos más emotivos de la historia artística local.

Luego del set que abriera Gabriel Torres, con el Génesis, los bises contaron con covers de Azúcar Amargo y Ritmo y Blues con Armónica. Entre el público que desbordó todos los palcos, hubo gente de pie y muchísimos músicos sentados en las primeras filas, Cristina Dall de Las Blacanblus; integrantes de El Reloj, de Los Iracundos, la hermana de Pappo y una lista de nombres que fueron enumerados a medida que eran vistos desde el escenario.

Para el final, se mencionó a Juan Carlos Yodi Godoy, otro de los fundadores (desde cuando eran Mach 4 y cantaban en inglés), que no asistió por problemas de salud. Además de a Soulé y a Quiroga, fueron invitadas a subir Paula y Carolina Basoalto, hijas del baterista fallecido el 3 de noviembre de 2010. Se les entregaron pinturas con retratos de los tres.

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Ricardo subió por la izquierda y Willy por la derecha. Se mantuvieron distanciados porque dejaron a las chicas en el medio aunque no sólo por eso.

El formato recordó al homenaje a Led Zeppelin de hace justo una década, con el hijo de John Bonham en la batería, cuando los sobrevivientes de un mítica banda contemplaban desde un palco cómo la obra que legaron a las generaciones venideras era reversionada hasta devolverles la emoción que transmitieron medio siglo antes. Esta noche, la bata estuvo a cargo de Simón Quiroga, como parte de la orquesta liderada por Oscar Mono López. Aquella velada en el Centro Kennedy contó con la presencia de presidente Obama; esta noche, con Mayra Mendoza (quien como diputada había presentado el proyecto del Día del Músico) en el Teatro Municipal.

A propósito de Teatro, cuando por fin hablaron las estrellas de la noche, Soulé recordó que en sus primeros años la ciudad tenía cinco salas y llamó a «imaginar el nivel cultural que teníamos (…) cuando tomar fresco en la vereda no implicaba otro peligro que el de los mosquitos», con lo que arrancó un primer aplauso.

Willy fue más risueño, recordó que su primer bajo podría haber servido para lanzar flechas, por lo arqueado que estaba, y que su primera guitarra se la compró por una botella de vino a un borracho que estaba por estropearla.

En la cercanía, Willy estiró su mano; Ricardo se la aceptó y todos aplaudieron.

Luego, a pedido, se acomodó con una acústica y consultó al oído de Willy. Improvisaron Profecías (Ya está cerca a venir aquel que nos va a explicar), con el silencio compañero de un público consciente del momento, único e irrepetible, que no debía ser interrumpido.

Juntos

Para el final vino la apoteosis, toda la banda tocando Presente, ahora sí con el público a garganta liberada. Ricardo desistió de seguir con la acústica y se puso de pie para cantarla con todos. Era la canción emblema de las despedidas de sus recitales (Todo termina al fin… no es eterna la vida). Entre los aplausos finales, tomó entonces Ricardo la iniciativa de acercarse a Willy y asirlo de la cintura.

Ya le había tocado al bajista emocionarse un poco mientras hablaba. En el cierre, la emoción era generalizada, como grande será el reconocimiento al Instituto Cultural de la Provincia, conducido por Florencia Saintout, que no podía cerrar de mejor modo este nuevo 23 de enero, día de homenaje a quienes hacen música:


Una respuesta a “VOX DEI… ES ETERNA LA VIDA”

  1. Soulé es el unico que conserva la vox original. Que buenos temas y el disco La Biblia fue emblematico en el Rock Argentino

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