Por Hugo Muleiro
La advertencia de que un próximo gobierno de Juntos por el Cambio tendrá que imponer un ajuste atroz y a toda velocidad para afrontar la “herencia” peronista viene figurando en notas de la prensa opositora desde hace meses, pero ahora la maniobra se hizo más explícita con el comunicado oficial de la alianza derechista y varias adhesiones directas e indirectas publicadas en Clarín, La Nación e Infobae.
El lunes 13, La Nación acompañó esta estrategia en tapa con el título “Crecen las dudas por las inversiones en pesos”, y menciones al “temor de muchos inversores”, como parte de una saga extendida, reiterada y que incluye vaticinios diarios sobre el fracaso del ministro Massa en la política de contención de los precios, aspecto que por cierto es muy difícil de desmentir.
“La discusión económica gira sobre la mecha y el tamaño de la bomba”, escribió hace una semana Clarín, regalándole plena legitimidad al enunciado opositor. La Nación aplicó también el guión: el mismo día dijo que el temor de Massa es que “al señalar inconsistencias”, Juntos por el Cambio pueda “alterar a los mercados”.
Las evoluciones del dólar, los títulos públicos y las reservas son encastradas por las y los columnistas en el “debate por la herencia”. El editor de Clarín del viernes, Vaca, pretende actuar equidistancia, diciendo que todas las fuerzas políticas hablan de herencia en campaña. Todos lo hicieron pero al fin se confiesa y, emulando a Marcelo Bonelli en 2015, cuando decía que la bomba la dejaba Axel Kicillof, escribe: “Difícil no ver fósforos prendidos por todos lados”.
La estrategia es poner en juego una palabra de significado contundente y fácil penetración en las audiencias, y usarla a destajo.
Así, Bonelli escribe el viernes que el índice de inflación de enero le fue comunicado al ministro en un informe que “anticipa la bomba”. A veces el recurso es usado por columnistas de los medios, a veces es dejado en manos de otros. Ricardo López Murphy habló de “la bomba de la deuda”, publicó La Nación el sábado. Al día siguiente, título de Clarín: “una herencia que mete miedo”. A un par de páginas de distancia, Eduardo van der Kooy felicita a Juntos por hacer un “paréntesis en su interna inagotable”, para advertir sobre la bomba.
También fue compacta y alineada la reacción ante los avances en el juicio político a los jueces de la Corte. Mientras la sesión de la Comisión de Diputados fue relatada otra vez dándoles primacía a los “cruces y chicanas”, para ocultar el contenido de fondo de las acusaciones, hubo notas gemelas sobre la sesión paralela de los supremos emires.
Coincidieron en publicitar la “unidad” de los jueces, que funcionarán en bloque ante las acusaciones. Tanto así que a Claudio Savoia, de Clarín, se le escapó una metáfora que pinta de cuerpo entero los modos habituales de los ilustres supremos, al enfatizar en la situación de Ricardo Lorenzetti, que está acusado por la Coalición Cívica: “Al menos por parte de sus colegas, el jurista de Rafaela no recibirá ningún tiro por la espalda”.
La incontinencia le jugó una mala pasada a Bonelli. El jueves hubo una “fuerte interna” en la Corte, porque Horacio Rosatti acusa a Lorenzetti de “ayudar a Alberto Fernández”, escribió.
De todos modos, ya el lunes 13, Hernán Capiello repitió en La Nación lo que su diario y Clarín habían publicado el viernes: los supremos responderán con fallos sobre la coparticipación –obvio que a favor del precandidato derechista Horacio Larreta–, el Consejo de la Magistratura y lo que le toque en este período en las causas contra Cristina Kirchner. La vicepresidente viene sufriendo reveses reiterados con las decisiones que Comodoro Pro adopta para proteger a la jueza copito Eugenia Capuchetti, responsable de la no investigación del atentado del primero de septiembre y, sobre todo, de las conexiones políticas y el financiamiento del grupo.
El resultado electoral en La Pampa, el primero del año, exhibe una cobertura prudente, algo incómoda, ante la derrota del candidato del PRO apoyado por Macri, Larreta y la Pata Bullrich. Clarín y La Nación pusieron énfasis en hacer notar la baja cantidad de electores. Clarín arriesgó un poco más: “La estructura de la UCR pampeana y de las intendencias fueron los motivos” de la derrota del PRO.
Se diferenció Fernando González, en Infobae: dijo que el resultado es una “alerta para el PRO”, que debe “dejar de mirarse el ombligo”. No fue la única advertencia en estos días. El domingo, el jefe de redacción de Clarín le avisó a Juntos que su oferta electoral “no está clara” ni resulta atractiva. Es una amonestación y una advertencia: el triunfo de la derecha no está asegurado, pese a los continuados esfuerzos editoriales y sus bombazos.