SOBRE FRADE Y ‘COQUITO’ FERNANDEZ

En las últimas horas, una nota periodística dio a conocer los antecedentes de un candidato de la Coalición Cívica. Desde este CIQ se le pidió una respuesta a la diputada Mónica Frade. Ambos textos a continuación:

La nota de referencia:

Carrió puso un ex ladero de Marcelo Mallo en la lista de Juntos

El Termómetro, 25 julio, 2021

La Coalición Cívica designó en el tercer lugar de la lista de concejales en Quilmes a Walter Coquito Fernández, ex ladero de Marcelo Mallo. fue propuesto por la diputada Mónica Frade, y no habría recibido objeciones por los referentes locales que acompañan a Diego Santilli.

Carrió y Frade en el conurbano, fueron denunciantes seriales de este tipo de personajes que ahora proponen como candidato.

La vinculación de “Coquito” con el extitular de Hinchadas Unidas Argentinas es inapelable. El mote de “ladero” o “culata” en los ámbitos barriales es habitual para describirlo, aunque los más refinados pueden calificarlo como alguien que hacía las veces de secretario privado de Mallo.

Para entender esta vinculación, que implicaba no sólo una relación personal y económica, puede mencionarse como anécdota saliente la excursión de Mallo y Fernández a la Provincia de Santa Cruz, para oficiar como “elementos de seguridad” de la gobernadora Alicia Kirchner.

La vinculación entre Fernández puede explicarse por Carlos Carlitos Rossi, de estrecha relación con la Frade, que mantiene amistad con Fernández desde hace décadas, cuando Rossi era empleado en el afamado local “Pipa Sport” de Solano. Las carreras de Rossi y Fernández serían parte de un buen argumento para una serie, pero lo principal es que Rossi fue el operador político con la Policía y el Servicio Penitenciario bonaerenses mientras Ariel Bucich ejerció de Director Provincial de Derechos Humanos, todo bajo el paraguas de Aníbal Fernández. Esa situación, hace veinte años, le permitió a Rossi construir relaciones que perduraron y sirvieron para estrechar más su vínculo con Coquito.

La posibilidad que Rossi vinculara a Fernández con Frade para que el actual candidato a concejal le proveyera información de las andanzas de Marcelo Mallo parece más evidente que circunstancial.

Tanto es así, que tras la detención de Marcelo Mallo y aún más desde su posterior liberación, Fernández temió por su vida. Esto lo admiten sin sutilezas los vecinos y habitués del Club “El Inca” de Solano, del que Fernández y su familia son vecinos y habitués.

En plena tensión entre partidarios de Mallo y Fernández, el hermano de “Coquito”, conocido en el barrio como “el loco Harry”, se apersonó en las instalaciones del Inca con una escopeta recortada para amedrentar a quienes acusaban de delator a Fernández. En la misma época, el local político que Mallo tenía sobre Av. Donato Álvarez, apareció con impactos de bala en la persiana.

Los antecedentes de “Coquito” Fernández son reales, como su detención, proceso y condena por el robo a mano armada a una estación de servicio, que implicó una estadía en la cárcel, aunque prescribió, y la Coalición Cívica está en su derecho de proponerlo como candidato. “Coquito” tiene una larga trayectoria de colaborar con la política, en la elección del 2019 lo hizo con el “lavagnismo”.

La especulación, respecto a sí la candidatura es un pago por  la información brindada o un premio a su militancia reciente en la Coalición Cívica, es algo que deberán explicar Frade o Carrió.


CARTA ABIERTA|RODEADOS DE BASURA

En Quilmes, desde hace décadas se vienen acumulando capas de basura. No aludo a la mugre por la falta de recolección de residuos, dato, sin embargo, saliente de la gestión de la intendente Mayra Mendoza, sino a una de carácter más espurio y preocupante para toda la comunidad quilmeña.

Es una mugre tatuada en el cuerpo de parte de sus políticos y “periodistas” (?) locales. Algunos, experimentados en el arte de ensuciar desde sus páginas y redes a personas que no le aportan pautas; otros, recientes aprendices de los primeros. En cualquier caso, todos desapegados a principios elementales de ética periodística.

La Coalición Cívica de Quilmes será representada en la lista de Diego Santilli en Juntos por Walter Coco Fernández, de San Francisco Solano, padre de una niña pequeña, que vive de su laburo desde hace años y ayuda a sus vecinos, haciendo menos cruenta la realidad actual.

Apenas se supo esto, desde ese pozo ciego, irrumpieron contra la integridad de su persona y —por añadidura—, contra el destinatario final, esto es, la Coalición Cívica y la Dra. Elisa Carrió. Como suele suceder en estos casos, dicho ataque vino acompañado de una catarata de infamias relacionadas con supuestos hechos, de su edad temprana.

¿Cómo fue la juventud de Coco? Como la de innumerables jovencitos de los suburbios de lo más profundo de nuestro conurbano. Pibes que, sin destino a la vista, son cooptados por punteros que laburan para “jefes impolutos”. Son conchabados por monedas, para pintar paredes, de “mandaderos”, de barras bravas y algunos para comercializar falopa para la corona, con la que luego se financian campañas políticas.

Recordarán la causa penal de Estadio Chico. Año 1994, en un allanamiento se descubrió cocaína fraccionada en bolsas para ser distribuidas en colegios y bares. Ese local pertenecía al oficialismo de entonces, bajo la Intendencia de Aníbal Fernández. Nunca llegaron a los responsables máximos. Tan sólo una de tantas.

Lo de “jefes impolutos” expresa, sin embargo, la idea más contraria a lo que representan las lacras nacidas de la política quilmeña, personas que, a cualquier costo, han escalado llegando al Poder Legislativo e incluso a la Casa Rosada, sin contar que sus grupos primarios no puedan explicar sus patrimonios (y en los casos más osados, ni los propios).

Coco fue uno de esos pibes que, en su primera juventud, fue cooptado por lo peor de toda esa lacra, algunos de “patota”, otros de “cuello blanco”; todos salidos del mismo grupo. Pero desafió y resistió su aparente destino y, a diferencia de muchísimos otros, pudo salir. No pudieron con él.

Alguna vez dijo “salí gracias a mi papá que me habló”. Soslayó su propio esfuerzo para —en la mayor adversidad— procurarse un camino más sinuoso y difícil, pero, al fin y al cabo, el que vale la pena.

Coco tendrá que explicar a la sociedad quilmeña que no tiene antecedentes penales, que su pasado fue el que fue, que hace muchos años vive de su laburo, cría con esmero a su hija y milita hace bastante tiempo en otro espacio político. Sus compañeros lo eligieron para que nos represente.

Es contradictorio, los que recibieron y reciben sobres con plata de la corrupción política le pegan a Coquito. La escasa virilidad y su falta de dignidad les impide calificar o plantarse ante sus antiguos jefes. De ellos recibieron y reciben plata sucia para hacer notas pseudoperiodísticas, o para transitar la política con impunidad, porque los delitos de corrupción, en este país y en Quilmes, quedan impunes.

La Coalición Cívica jamás aportó ladrones a la función pública. Quien quiera buscarlos, podrá encontrarlos en otros sectores políticos. Están a la vista. Más aún, hemos incomodado a la Justicia proponiéndole investigaciones que eluden con dilaciones (Julio César Pereyra, Aníbal Fernández, Sergio Villordo, Marcelo Mallo y un largo etcétera).

Coco Fernández

Walter Fernández es nuestro candidato y destaco con admiración su esfuerzo por tener una vida íntegra y solidaria; después de otra, esclava de ese “respetable” excremento quilmeño. Con esa fortaleza, asumirá su banca, representará el interés de los vecinos, les rendirá cuenta y no les apropiará el erario, como lo vienen haciendo los que hoy quieren hacernos creer que orinan agua bendita.

  • Por Coalición Cívica Ari Quilmes, Mónica Frade, Diputada Nacional

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