30 AÑOS DEL ESTADIO EMBLEMA DE LA CIUDAD

Por Pablo Despos

El estadio Centenario Ciudad de Quilmes cumple tres décadas. El 25 de abril de 1995 fue inaugurado con el único partido entre Quilmes y Nacional (Uruguay). Para la ocasión, lució lleno y con una emoción tremenda se dejó para siempre la huella de una cancha con tribunas de cemento, techo y la posibilidad de no renunciar nunca más a la localía por cuestiones de capacidad. La casa de los cerveceros, el estadio de la ciudad, vio la luz aquella primera noche.

La noche de la inauguración vista desde la platea

La cita fue la noche del 25 de abril y se dieron cita unos 22 mil cerveceros. Quilmes contó con cinco refuerzos para aquel primer partido. Por un lado, Jorge Campos (arquero de México que también jugaba como delantero y era sensación mundial). Por otro, Oscar Alfredo Ruggeri (campeón del mundo y bicampeón de América con Argentina). Y dos que posteriormente se pondrían la casaca del Decano: Esteban Fernando González, goleador de San Lorenzo por aquel entonces; y Luis Alberto Carranza, delantero quilmeño que había jugado en Alsina y Lora pero integraba las filas de Boca. A ellos hay que sumarle a Nelson David Vivas, que en junio había sido transferido al Xeneize.

La prueba de luces la noche anterior a la inauguración

El Cervecero formó con Campos; Vivas, Quatrocchi, Ruggeri y Nis; Colombo, Luis Sosa y Neto; Mauricio López, González y Carranza. El DT no fue Fernando Donaires, quien dirigía al plantel profesional, sino el Piojo José Yudica. Por su parte, Nacional salió a la cancha con Zeoli; Gustavo Méndez, Ricardo Canals, Álvaro Gutiérrez y Milton Gómez; Nelson Abeijón, Juan Martín Parodi, Juan Larre y Carlos Eduardo Marangón; Osvaldo Canobbio y Fabián O’Neill. El DT del Bolso era Juan Ramón Carrasco.

Uno de los telones de Guido y Sarmiento que se mudó a Vicente López y Esquiú

Para la ocasión se dio una particularidad. Quilmes utilizó una camiseta especial: toda blanca y con el cuello una fina línea azul. La única publicidad fue la de cervecería «Quilmes», que no lucía en el pecho en el campeonato (era «Cristem» por aquella temporada 94/95). Años más tarde, en el Clausura 2011 y toda la 2011/12, el equipo profesional usó una muy similar. Fue la primera vez que la cervecería estuvo en el pecho de la casaca del Decano.

La hinchada de Quilmes aquella primera noche

El partido empezó con el gol bien gritado. La acomodó Leonardo Colombo y le pegó con alma y vida. El tiro libre se le coló a Javier Zeoli y así el Cervecero estuvo 1 a 0 arriba en el marcador. El empate transitorio fue entre Quatrocchi y Campos, en contra, tras un corner. En el complemento, se vieron los cambios: entraron Ángel «Coto» Vallejos, Marcelino Galoppo, Sergio «Tahuichi» Albornoz y el golero Néstor Merlo. Con esta última variante, Campos pasó a jugar de delantero. De hecho, el mexicano marcó el gol del triunfo en lo que ya era una fiesta pero que terminó coronada con el 2 a 1 a favor del Cervecero. Sobre el final, Emiliano Rey también ingresó.

A la prueba de luces concurrió bastante gente

El referí fue Ángel Sánchez, quien pitó el final y decretó el triunfo en el partido amistoso. Los abrazos entre la directiva, por la misión casi cumplida, estaban dados en el palco oficial. Los hinchas salieron por las calles linderas a la cancha como aquellos que reconocen el terreno. Había que acostumbrarse. Eran las nuevas arterias de una ciudad muy suburbana por aquellos tiempos que iba a empezar a ser transitada por los cerveceros en cada partido como local. Parece que fue ayer, pero pasaron treinta años de aquella primera noche.

Una historia antes de la historia

El 27 de noviembre de 1987, el día que el Cervecero cumplió cien años, el presidente José Luis Meiszner anunció en un descampado ubicado en el sudoeste de la ciudad que el club Quilmes iba allí a construir un estadio de cemento. No pocos lo trataron de loco. Por aquel entonces, la zona era de casas muy bajas, bañados y esos terrenos valían poco; y Quilmes recién había salido de su peor momento, el de jugar en la tercera categoría. La cervecería más famosa del país hizo su aporte: le vendió al club esas tierras por pocas monedas.

Solo la cabecera norte baja estaba hecho en esta primera etapa

El estadio de Guido y Sarmiento era, sin dudas, uno de los emblemas del fútbol argentino y era más viejo que la ciudad. Se disputaban allí partidos desde 1898 (y Quilmes fue proclamada ciudad en 1916) pero es cierto que ya había quedado obsoleto. La idea que Meiszner anunció siempre era la de sacar la cancha del centro de la ciudad.

En Guido y Sarmiento, para principios de los 90, el cartel indicaba la construcción del Centenario.

El arquitecto Iván Urbán fue el designado para diseñar la cancha que, desde sus inicios, se llamó «El estadio de la ciudad» tanto en afiches como en el discurso público. El proyecto original constaba de tribunas populares de dos bandejas con gran capacidad que iban a impedir que Quilmes pierda su localía ante los equipos de mayor convocatoria del país. Además, una platea sin alambrados elevada dos metros por encima del campo de juego. Detrás de la cabecera norte, una gran playa de estacionamiento.

La Memoria y Balance 1988/89 tenía en su portada la cabecera norte del estadio.

Muchos fueron los que hicieron sus aportes, tanto económicos como de trabajo. De hecho, Urbán no cobró un centavo por su labor. Lo primero que se construyeron fueron las tribunas populares bajas. En el medio de la construcción estalló la crisis económica de 1989 y fue cada vez más difícil seguir adelante. Pero Quilmes no paró. Tras ella, los socios vitalicios de aquel entonces anunciaron que donarían el techo de la platea. Algo histórico. Para esa época, fue uno de los pocos estadios de la zona sur en tener su tribuna oficial con un techo de cemento.

José Luis Meiszner y colaboradores en la construcción del estadio

Toda la estructura de la platea fue traída desde la constructora Astori, ubicada en Córdoba; y colocada con máquinas gigantes. Para mediados de 1993, el club anunció la pre-inauguración de la cancha con un partido entre las viejas glorias de Quilmes y el equipo campeón de 1978 para el 19 de diciembre. Fue una fiesta azotada por el calor de un domingo al mediodía; la excusa fue juntarse para tener unos mangos más para proseguir con el armado del estadio de todos.

Hugo Tocalli ataja el primer penal en el Centenario, la mañana de la preinauguración
La preinauguración se hizo con la platea sin los sectores A, B, I y J.

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