La carrera policial del ex comisario mayor Francisco Centurión está marcada por un sinuoso camino desde sus comienzos como jefe del Servicio de Calle de la Comisaría 2ª, de F. Varela.
En sus comienzos, el joven oficial saltó a los medios nacionales cuando, junto a otra agente de la Policía Bonaerense, se infiltraron en una familia de Tucumán para detener a un prófugo con pedido de captura. Coco Centurión parecía destinado a tener una exitosa carrera dentro de la fuerza, pero sus deslices personales y varios hechos en el ejercicio de su labor lo llevaron a estar más de una década transitando cargos menores, que no hacían pensar que tiempo más tarde sería candidato a la Jefatura Provincial.
Durante 2016 era Jefe de Calle de la Comisaría de La Cañada, en Quilmes, un territorio marcado por el narcotráfico pero, a partir de un hecho concreto, su vida cambió.
Gobernaba Eugenia Vidal y el intendente era Martiniano Molina (foto), quienes lo impulsaron como comisario de la 9ª y, al año siguiente, ascendió a comisario inspector y se hizo cargo de la Distrital Este de Quilmes.
Algo cambió su destino; para muchos era su alineamiento con el PRO y la gobernadora. Esa teoría parecía confirmarse cuando, en julio de 2019, Centurión ascendió a comisario mayor y quedó a cargo de la Dirección de Drogas Ilícitas Quilmes; pero, ¿cómo el hermético y astuto Centurión ataría su futuro a una gobernadora que perdería las elecciones?
Según un ex jefe policial, su suerte empezó a cambiar cuando se transformó en un hombre del comisario general Pablo Otero, quien en 2009 llegó a secretario general de la Bonaerense y pasó a ser, como dicen en la jerga, un «poronga«.
En 2018, el auditor general Guillermo Berra, puesto por Vidal, quien batalló contra las mafias policiales, lo denunció ante la UFI 3 de Quilmes a cargo del fiscal Martín Conde, por enriquecimiento ilícito; pero nada sucedió.
Mientras ascendía, Centurión estudiaba la carrera universitaria de Seguridad Ciudadana, en la Universidad de Lanús.
En octubre del 2019, Vidal fue derrotada en las elecciones y permitía la llegada a la Gobernación de Axel Kicillof, quien designó como Secretario de Seguridad a Sergio Berni, quien sostuvo que terminaría con la política impulsada por Pucho Ritondo, ex ministro de Seguridad.
¿Qué pasaría con la carrera del comisario mayor? ¿Alcanzaría su título universitario y el padrinazgo del poronga Otero?
Pronto, Centurión fue desplazado por Berni; su jubilación parecía cercana, pero sucedió lo contrario.
Centurión era designado Director de la poderosa Delegación de Drogas Ilícitas Avellaneda-Lanús, viajó a China en una misión oficial. Entonces, ¿quién respaldaba a Centurión?
Personajes del entorno político de Julio Pereyra sostenían que éste era su apoyo político y que negoció primero con Vidal y después con Berni su continuo ascenso. Algunas fuentes policiales lo atribuían a la influencia de Otero.
Desde el Ministerio de Seguridad, cuando Centurión fue detenido se desplegaron acciones para despegar a Centurión con el argumento de que era una víctima, las presiones fueron muy fuertes, quizás demasiado para un hombre con apoyo político de Julio Pereyra.
Cuando fue detenido, Centurión era el coordinador de la Oficina de Enlace entre la Policía Bonaerense y la INTERPOL (Policía Internacional) pero, ¿Por qué tanto despliegue para defender a Centurión? Si, desde la vuelta a la democracia, varios jefes policiales cayeron.
En 2024 una alta fuente del Ministerio de Seguridad dejó claro que no podían permitir que Centurión fuera condenado, la pregunta seguía siendo ¿Por qué?
La expresión que fue tomando cuerpo en el último año es la Agencia de Control de Drogas de los Estados Unidos: Centurión sería, según varias fuentes, un hombre de la DEA.
El Tribunal Oral y Criminal 2 de Varela está compuesto por tres personas honestas que recibirán presiones enormes para conseguir la absolución de Centurión.
El juicio fue establecido desde el 13 al 17 de abril del 2026, por la desaparición de Lucas Escalante. La estrategia de los defensores de Centurión y Luis Zaracho, ex jefe de la DDI de Quilmes, fue llevar el juicio al fuero federal, pero la decisión de la madre y hermana de Escalante de aceptar que Lucas está muerto permitió que la estrategia policial no encontrase cauce.
Se vienen meses difíciles, si Centurión es un agente de la DEA, se duplicarán las presiones y las familias de Lautaro y Lucas deberán multiplicar su lucha hasta el juicio. Ni Lautaro ni Lucas tenían que ver con hechos ilícitos, pero sus muertes son fruto de una venganza. La pregunta que queda es ¿a quién fue dirigida?
