En 1926, invitada por los directivos y ex alumnos de la Escuela Normal Nacional y patrocinado por la Institución se realizó en el teatro de la Sociedad Italiana Cristóforo Colombo un recital poético donde la presencia de honor fue la educadora y afamada poeta Alfonsina Storni.
La acompañaba Adela García Salaberry, quien según habían acordado, subió al tren en Bernal, donde vivía, y juntas, a las 16 hs., llegaron a Quilmes.
La esperaban en la estación con un gran ramo de flores la esposa del intendente Ángel Levanti, la regente de la Escuela Normal Crescencia López Oliveros de Molina con una delegación de alumnas, entre las que se hallaban: María Indamira Arbert, Julia Astier, Celia Burmester, Alina Canessa, María Antonia Casabona, Matilde Geronés, Elisa Grosman, Catalina Hollman, María Amalia Morales Gorleri, Delia Salas, Ana María Tropeano, entre otras, quienes en emotivo cortejo cruzaron en diagonal la plaza Wheelwright (hoy Hipólito Yrigoyen) rumbo al teatro.
En la escalinata la recibió el director José Sosa del Valle, la titular de la Asociación Cooperadora Silvia Cristy de Cella, que le ofreció un ramo de rosas rojas, y un gentío que acompañó entre aplausos su ingreso.
La sala estaba rebosante de público, la mayoría mujeres de todas las edades: los palcos desbordaban, en los pasillos laterales de la platea muchos permanecieron todo el recital de pie (entre ellos mi abuela y mi madre de 14 años). Numerosas personas no pudieron entrar, pero la esperaron durante toda la duración del recital en la puerta del teatro.
Desde el escenario, adornado en el centro con un sillón de tres cuerpos, un atril y canastas de flores; presentó a la poeta la señora de Molina, destacando que el año anterior se había publicado su libro Ocre y que desde dos años atrás era profesora de Lectura y declamación en la Escuela Normal de Lenguas Vivas, y otros conceptos de su trayectoria, finalizada la extensa apertura, de inmediato Alfonsina apartó el atril e inició, con voz suave, pero contundente, con elocuente entonación dramática, de memoria el recitado con un poema de su primer libro: La inquietud del rosal, y con uno, aún inédito de Poemas de Amor, el poemario que se acababa de publicar ese año. Dos veces intentó culminar, pero la intensidad de los aplausos la obligaron a repetir poemas como Uno, que se publicó en el periódico local El Plata y en1934 formará parte de Mundo de siete pozos, o sea que en Quilmes fue una primicia.
A la salida, Alfonsina fue ovacionada por el público, aunque ya había anochecido, se la notaba emocionada, pidió que acallaran los aplausos y recitó, desde las escalinatas, dos breves poemas que fueron escuchados en solemne quietud.
La emoción creada por la fuerza y la sustancia de sus versos persistió durante varios meses en la ciudad y motivó a muchos jóvenes a incursionar en la poesía.
Compilador de memorias orales: Prof. Chalo Agnelli
Memorias: Adela García Salaberry – Filomena María de Baunelle y Martel de Yori (1881-1962) – Josefina H. B. Yori de Tiscornia (ex Vda. de Agnelli / 1912-2008) – Ana Hutchison (1898-1989).