
Todas las noches poco antes del cierre del local, el «chino de Lavalle casi Alem», que vende comidas elaboradas por kilo, les prepara bandejas a personas en situación de calle, o con gran carencia económica como para no poder procurarse el alimento.
Comenzó con la solidaria entrega a algún indigente. Ahora, desde hace un par de meses, se ve que ya forman fila frente a la puerta del negocio los necesitados de ésa, que quizá, es la única comida caliente de su día.
Bien por Marcelo, El Chino, su laboriosa mujer argentina, los empleados; todos, de excelente atención para con los clientes y para con esa gente que se está quedando cada vez más fuera de consideración del modelo económico.

Bien por el. Mal por en estado que es el que genera indigentes a un ritmo apocalíptico
Is the economy, stupid (Bill Clinton).
Pasa con todos los gobiernos. Yo creo que es el capitalismo…