
Una presentación que unió a dos generaciones por el placer de escuchar a «Soda» con sus arreglos originales, treinta años después, en un ámbito que faltaba en la ciudad.

Los espectadores encuentran en Club Re un amplio salón para recitales con buen sonido, cómodo y mucha seguridad.

El trato es cordial desde la recepción hasta la despedida. Una barra y un menú bien provistos completan la noche que mucho público estaba esperando. Club Re en pleno centro, Garibaldi 228, con fácil acceso a cualquier medio de transporte.



