FERRARESI Y UNA GRAN CONTRADICCION

El clima político en la Tercera Sección Electoral ha expuesto tensiones dentro del peronismo.

Jorge Ferraresi, intendente de Avellaneda, ha sido una figura central en estos conflictos. A pesar de sus declaraciones sobre la necesidad de construir mayorías desde la unidad y convocar a una organización solidaria, sus acciones recientes han sido vistas como divisivas y provocadoras, generando una aparente contradicción entre su discurso y sus prácticas políticas.

Ferraresi ha enfatizado la importancia de la unidad dentro del peronismo. Ha afirmado que es necesario «construir mayorías desde la unidad, convocando a una organización solidaria». Sin embargo, sus movimientos políticos han sugerido lo contrario. Su alejamiento del Instituto Patria y sus acercamientos a otros sectores del peronismo, así como sus actividades en Quilmes sin la participación de la intendenta Mayra Mendoza, han sido interpretados como intentos de fragmentar el movimiento y fortalecer su propio espacio. Estas acciones no solo han aumentado las fricciones internas, sino que también han debilitado la cohesión del peronismo en momentos críticos.

En Lanús, por ejemplo, la intervención de Ferraresi llevó a la ruptura del bloque oficialista de Unión por la Patria, una situación que debilitó la estructura partidaria y puso en jaque la gobernabilidad para el intendente Julián Álvarez. Tales movimientos contradicen su retórica de unidad y solidaridad.

En este contexto, es esencial que quienes tienen responsabilidad de conducción dentro del peronismo, incluido Ferraresi, reconozcan la importancia de respetar no solo a cada compañero y compañera, sino también a las mayorías que los han apoyado con el voto popular. La intendenta Mendoza, por ejemplo, ha sido la más votada en la historia de Quilmes, lo que subraya la necesidad de incluir y respetar su liderazgo en cualquier esfuerzo de unificación.

Las tensiones y rupturas han demostrado que las luchas internas no sólo socavan la unidad del partido, sino que pueden debilitar su posición frente al gobierno de Milei. Ferraresi y otros dirigentes deben reconsiderar sus estrategias y trabajar para limar asperezas, priorizando el bien común del movimiento peronista sobre las rivalidades personales.

Para que el peronismo bonaerense pueda enfrentar con éxito los desafíos, es crucial que quienes pretenden conducirlo adopten una postura más inclusiva y colaborativa. Las declaraciones de Ferraresi sobre la unidad deben reflejarse en sus acciones concretas. Esto implica un compromiso genuino con el diálogo y la cooperación, superando las diferencias y trabajando juntos por el bienestar de todos los bonaerenses.

Sólo a través del respeto mutuo, el peronismo bonaerense logrará construir una organización solidaria y fuerte, capaz de representar y defender los intereses de las mayorías. La unidad no debe limitarse a una consigna, sino ser una práctica diaria que se refleje en cada acción política.

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