JUICIO BRIGADA: VICTIMAS DE BERNAL

VIDEO en vivo de la transmisión de La Retaguardia.

Hoy, en los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos en esta zona, declaran varios testigos. Entre ellos, los hermanos Suárez, detenidos en Bernal hacia noviembre de 1974. El relato de aquel día está en el libro de Alberto Moya:

Prisioneros post Gimeno

El jueves 14, en Bernal las vecinas hablaban de personas armadas sobre el techo de la escuela 23; de que la semana previa habían pintado “Ezeiza, ni olvido ni perdón”; de las contrapuestas siglas UES y JSP; de que la directora había recibido cartas de amenazas como las de las escuelas 1 de Quilmes y Varela… y que vea el diario:

–Atemorizan anunciando inexistentes bombas en escuelas.

El cronista de El Sol, llegado a media mañana, las ilustró:

–Por esa ola de amenazas, hay estado de sitio hace una semana y el Estado Mayor Conjunto vigila los colegios.

Las mujeres continuaban con su cuchicheo:

–¿Y si le preguntamos por el cuerpo que flotaba por Zapiola?

–¿El del Santo Domingo? ¡Callate! De eso no se habla.

Soldados de Viejobueno custodiaban el edificio escolar junto a la casa, en San Martín 14, de donde la Policía sacaba granadas.

–No pasa nada –respondió a la prensa el comisario Vilaquien.

–No hay detenidos –mintió Orsi, subcomisario de Bernal 2ª.

Había detenidos: María Esther Alonso (18 años); Rosa Delfina Morales –37, embarazada de mellizas–; Víctor Taboada, Nelfa y Dalmiro.

–Un hermano de estos acribilló al mayor Jaime Gimeno –comentó un cana.

Nelfa Suárez avisó:

–Estoy en tratamiento por mi bebé de meses; necesito reposo.

–Ahora te llevan a un lugar donde vas a hacer mucho reposo.

Fueron enviados a la ex cárcel de encausados, en Banfield.

Allí, sentados en el suelo, oyeron los gritos de Víctor Manuel:

–¡Paren! Yo no sé nada.

–Vos sos Taboada. Sabemos todo. ¡Venís de Tucumán!

–Bueno, basta, ya me tienen. Suéltenlos a ellos. ¡Basta!

No sabían todo. Aún desconocían que algunos habían asistido a un multitudinario congreso de FAS en Córdoba y que serían fichados por la DIPBA por sus caídas con resistencia a la autoridad.

Detrás de un escritorio, un uniformado leía Clarín el jueves 14:

“Al teniente coronel Ibarzábal: confío en que quienes nos tienen en tan amargo trance, recapaciten y comprendan lo gratuito de este dolor prolongado por diez meses”.

Nelly

Esa medianoche, veinte entraron a una casa de Valentín Alsina al grito de “somos la Triple A”, aunque entre ellos se trataban de “teniente; mayor; capitán” y “coronel”, el rango de Ramón Camps.[1]

Esposaron a Carlos Pedro Tacchella Ibarra, estudiante de 25 años; Alfredo Manachian Tsovepanian (33), su pareja Nélida Ramos; Roberto Omar Leonardo (23) y su mujer Silvia Nieves Negro, embarazada de dos meses y medio. Pusieron una máquina de escribir, les pidieron sus datos, les robaron a todos y se repartieron cosas de la casa.

Arrastraron a los hombres a desaparecerlos en Puente 12.

Vendaron a las mujeres antes de llevarlas a la Comisaría Lanús 1ª, por 24 horas, hasta su traslado a la ex cárcel de encausados en Banfield, donde las pusieron en una celda contigua a la de Nelfa, Dalmiro y otra en la que, después de la tortura, Taboada agonizaba.

Allí, con su frágil embarazo, Nelfa dudó de un custodio pelirrojo pecoso, muy delgado, que le propuso fugar. No lo comentó con nadie.

Recién el 15, la Policía admitió ante la prensa las detenciones:

–Habían hecho inteligencia de los movimientos policiales de Quilmes a Avellaneda, además de los del teniente Carlos Moni y los tenientes coroneles Adami y Cosso, jefe del distrito militar de la zona.

El jueves 21, en tres vehículos al mando de un tipo vestido de militar, se robaron un cadáver de Autopsias en Avellaneda que, según el diario del Ejército La Razón, era el de Víctor Manuel Taboada.


[1] Reconocido años después por Silvia Negro, quien también identificará en el operativo a Carlos Villone, secretario del ministro José López Rega, por lo que en abril de 2016 el fiscal Eduardo Taiano solicitó su reclusión perpetua.


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