En uno de los programas de Jorge Lanata allá por 2012 durante el gobierno de Cristina Fernández, tras una breve introducción del conductor, se corrió el telón y apareció un grupo nutrido de periodistas con distintas pancartas y a viva voz diciendo: ¿Queremos preguntar? Las pancartas mencionaban desde la libertad al acceso a la información pública, el repudio a los escraches, conferencia de prensa con periodistas y no al paraperiodismo.
En un nuevo día del periodismo, reflexionamos sobre una práctica que muchos colegas desvirtúan y también un sin fin de empresarios que hacen cada vez más difícil nuestra labor, por que se pagan salarios de hambre. Fue en nuestra primera editorial como medio expresamos que los medios de comunicación quedaban a merced de los intereses del poder económico o político, estos tiempos no son la excepción. El no serlo te precipita a un lugar libre, pero incómodo de combate permanente.
Lejos de las preguntas, aquella entrevista del periodista hoy en Todo Noticias, Jonatan Viale, que ante la única pregunta más bien, la repregunta, el asesor Santiago Caputo interrumpió el reportaje forzando a Viale a cambiar la pregunta, quien se retracta, y continúa, olvidando aquella máxima de Rodolfo Walsh, que el periodismo es libre o es una farsa. El periodista, en otra ocasión, confesó cenar con el Presidente en la Quinta de Olivos los domingos y escuchar ópera, junto a otros de sus colegas como Luis Majul, en la actualidad en La Nación+.
En las entrevistas a Javier Milei, poco se pregunta, y más bien se afirma para que el «Javo» remate. El queremos preguntar quedó como parte de un archivo. Al actual mandatario se le puede hacer una entrevista de cinco horas, como sucedió en el canal de streaming Neura con Alejandro Fantino, sin que esto sea garantía que el periodista pregunte, ni que el Presidente responda. La pancarta de la imagen «queremos preguntar» que aboga por una conferencia de prensa con periodistas, esto en la actualidad sucede; pero con el vocero Manuel Adorni quien ejercita el sofismo, la humorada y una cuota de cinismo casi sin responder.
Además reproduce lo que supo ser, la disputa por el rating en la TV de la década del ’80 y ’90. Por momentos los canales Olga y LuzzuTv compiten en el negocio de las vistas, las views, y caen en «lo que vende», en la lógica del mercado que entretiene y adormece.
Milei no se sienta en conferencia de prensa, sino en canales de streaming para conversar con comunicadores libertarios, ya convencidos y pautados, sin ánimo de indagar. La novedosa comunicación streamera tampoco da la talla, en la mayoría de los casos sin voluntad de generar temas, ni conciencia en términos sociales y políticos. Destinados más a conversaciones sin fin y entretenimiento para una clase media urbana.
Y, para ello, (ser comerciales), hay que entretener, sin formar ni concientizar, ni marcar posición, (con las excepciones de (Pedro Rosemblat, en Gelatina, y Tomás Rebord, Método Rebord).
De esta manera, el periodismo profesional no incomoda; el heterodoxo y recién nacido de streaming profundiza una comunicación vaciada de contenido, ocupando tiempo, sin interpelar y generando una rebeldía estética palermitana, que puede estar ahí sin incomodar al poder establecido, espacios consagrados a una rebeldía pop.
El actual Presidente no duda en cualquier intervención para atacar al periodismo y desprestigiarlos frente a la sociedad. «No odiamos demasiado al periodismo» es un adagio que suele utilizar en redes y para aquel que incomoda con preguntas e intervenciones, o realiza un análisis diferente basta la calificación de ensobrado.
En definitiva este nuevo día del periodista nos convoca a un doble desafío, continuar escribiendo de la mejor manera, investigando, proponiendo la reflexión en cada nota, pero también redefiniendo nuestro rol, repensando como pelear contra monstruos que digitan el algoritmo, contra la Inteligencia Artificial, y el bombardeo de imágenes que nos asedia cada minuto, hora y día de nuestros días.

Los y las esperamos en cada nota, feliz día del periodista; por una comunicación honesta, participativa y plural.
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