Por Alberto Moya – Un extracto de El Cohete a la Luna
(…) Mayra Mendoza también repitió que “no alcanza el tiempo para hacer todo”. En su discurso inaugural en Quilmes, insistió tres veces con ese tópico hasta que fue avalada por el cántico “borombombón, para Mayra la reelección”, justo después de que dijera: “Imagínense lo que podemos llegar a hacer en los próximos cuatro años”. Fue el cierre de su informe de gestión.
El comienzo, sin embargo, no podía estar ajeno a los últimos acontecimientos en el distrito, donde fueron muertas dos personas en ocasión de robo. Destacó que “quienes mataron a Danilo y Daniel ya están detenidos”, pero apuntó al Poder Judicial para “que actúe y no los suelte”. A renglón seguido miró a la oposición: “A quienes se llenan la boca, les digo: dejaron las cámaras rotas y a su jefe de Policía preso por corrupción”. Se refería al oficial de la fuerza local Andrés Delicia, denunciado por sus subalternos ya que les pedía dinero con el argumento de que debía “reparar los móviles”.
Como contrapartida, la nueva gestión arguye haber adquirido 130 móviles que cedieron a la provincia de Buenos Aires para ser acondicionados, lo que suman 210 nuevos vehículos con camionetas y motos.
Sin nombrar al ex intendente Martiniano Molina se refirió a él cuando destacó su esfuerzo por conseguir la licitación para poner en valor el Pejerrey Club, lugar que sirviera de locación a varias películas nacionales: “Otros lo olvidaron, incluso quienes dicen vivir allí”, disparó. Otra indirecta fue cuando mostró su gestión en derechos humanos: “Nosotras sí sabemos qué fue el Pozo de Quilmes”. Es que alguna vez, cuando el periodista Carlos Taphanel le preguntó por ese pozo donde se torturaba gente, el entonces jefe comunal respondió que estaban mejorando la obra pública para que no hubiera tantos baches.

A diferencia de otros referentes de La Cámpora, Mayra tiene una responsabilidad territorial, lo que la hace blanco de andanadas mediáticas desde la Ciudad Autónoma. Por eso, cada tanto debe salir a desmentir o a aclarar lo que se difunde al país.
Por caso, el proyecto de hacer un parque acuático en el Museo de Transporte, que llegó a ser judicializado. El complejo tendrá juegos y toboganes para chicos, a la vez que se planea accesible a personas con discapacidad (PCD) motriz y trastornos del espectro autista (TEA). “A diferencia de lo que se dijo, no afecta al arbolado ni disminuye la presión de agua ni a los edificios vecinos”, puntualizó, a la espera de que el Poder Judicial “dé el visto bueno para seguir”.
Respecto de los medios deslizó: “Escuché de algún periodista que quiso desacreditar la gestión. En Quilmes hay obras, obras, obras, que es lo mejor que puede pasarle a un quilmeño”. No dio nombres. Mientras hablaba, una pantalla reproducía filmaciones que apuntalaban las palabras con los hechos.
Por su condición partidaria, su género y su lugar, la voz de Mayra es tenida en cuenta y deja aspectos a analizar respecto de adónde apuntan sus críticas. Uno de sus dardos estuvo dirigido a la proveedora de electricidad Edesur: “Desde que asumimos reclamamos ante la Defensoría de la Provincia por el precario estado, a pesar de sus ganancias extraordinarias”.
No se le escapa que los problemas no son puntuales, sino parte de un entramado, por lo que “las desigualdades parten de los modelos económicos”, resumió. En ese marco aludió “al diputado (Javier) Milei, respecto de sus propuestas de achicar el Estado”, y puntualizó “cuando el mercado resuelve hay más desigualdad. Hay que estar atentos a lo que dicen supuestos libertarios, porque no hay mayor libertad que la que da el Estado ampliando derechos”.
También atendió a Juntos: “Los que hablaban de futuro cerraban escuelas. Quienes construimos escuelas somos peronistas”. Cuando fue interrumpida por los gritos desde la barra, contestó con una letra de canción del Indio Solari: “Este asunto está desde ahora y para siempre en tus manos”.
Después sí hizo anuncios, como una nueva bajada de la Autopista en Ezpeleta, limítrofe con Berazategui; o que creará un nuevo centro de zoonosis y terminarán con la tracción a sangre: “Vamos a sacar a los caballos de las calles y vamos a darles mejores condiciones de trabajo a quienes las necesiten”. Es posible que haya lectores que se sorprendan de que aún hay personas que sobreviven juntando cartones y botellas en un carro tirado a caballo, pero así es el Conurbano.
En su discurso no faltó la consideración hacia las minorías, presente en un audio que publicita desde los trenes que salen de Constitución hacia el sur en el que se recuerda a Marcelina Meneses, empujada a esas vías por varones que la trataron de “boliviana de mierda”. Fue en un aciago 2001 que recién comenzaba, pero Quilmes no olvida la muerte de su vecina ni la del hijito que cargaba en la espalda.
“Todos nuestros funcionarios deben tener los lentes violetas”, mandó Mayra en referencia a la capacitación de género y diversidades.
Para el final, lanzó: “Necesitamos más tiempo para hacer todo lo que hay que hacer, que nos sigan acompañando, que no nos juzguen por los prejuicios, sino por los resultados de nuestra gestión: por la nueva estación de trenes; las 1.500 cámaras de seguridad; los tres nuevos polideportivos, los accesos a la ciudad renovados; la nueva alcaidía; los 14 eco-puntos; la limpieza de los arroyos; los dos nuevos centros de zoonosis; el mercado de la comunidad; los nuevos centros de gestión ciudadana; las nuevas salas y guardias de internación; la nueva sede municipal y el Registro Civil en Solano; el nuevo hospital modular en Bernal Oeste; el nuevo pabellón de Pediatría en el Hospital Iriarte; las 800 cuadras pavimentadas…”.
“Mejor que decir es hacer”, recitó desde su identidad peronista mientras se tocaba el pecho.
