
Quilmes empató sin goles ante Talleres en un cotejo donde se vio superado de forma táctica y estratégica a pesar de tener la mayor cantidad de tiempo el balón e intentar por varias vías encontrar el gol. Chocó casi siempre con el esquema planteado por el rival y no le encontró la vuelta a un equipo que se supo inferior pero no se sintió como tal.

El primer tiempo arrancó con un elenco cervecero parado en campo rival. A diferencia de Temperley, en la jornada anterior, Talleres no jugó de igual a igual ante Quilmes sino que esperó. Pero duró poco la tranquilidad de los de Remedios de Escalada porque Lautaro Parisi tuvo una que se fue muy cerca del palo. A los 15 minutos, Marcos Enrique debió dejar la cancha pues sintió dolores. En su lugar, el rubio Alexis Steimbach.
Quilmes hizo ilusionar con la magia de Ramiro Luna en combinación, la mayoría de las veces, con Matías Giménez. A Axel Batista le costó hasta que se metió adentro (y Parisi pasó a jugar por afuera). Quilmes tenía de todo menos el gol; y Talleres, el contragolpe. En un corner mal ejecutado por los cerveceros, la réplica de los rojiblancos terminó en un remate de Fernando Enrique que se fue apenas desviado.

Luego de un momento para el refresco, Quilmes atacó por derecha. La combinación entre Batista y Parisi derivó en un cabezazo de Giménez que el golero visitante Damián Tello envió al corner. Todo el primer tiempo se jugó bajo el contexto de que el equipo tallarín hizo tiempo: jugadores tirados al piso, lesiones que se resolvían de forma mágica y demás artimañas conocidas. Fue Leandro Allende, con un remate desviado, que sacudió otra vez la valla visitante. En la última, Batista también la tuvo para Quilmes desde afuera del área y el 1 sacó al corner

En la segunda mitad, sin cambios en ambos conjuntos, se mantuvo la misma tesitura. Quilmes enseguida probó con un tiro de Parisi que Tello sacó al corner bajo los aplausos de los allegados del equipo de Remedios de Escalada. Este, de a poco, se animó a salir y visitó el campo local. De hecho, una gran subida de Fernando Enrique obligó a Esteban Glellel a descolgarla del ángulo.
Tras un largo rato donde solo se vieron cambios y jugadores visitantes que hacían tiempo, Talleres volvió a la carga. Primero, con un remate del ingresado Maximiliano Rogoski, que contuvo el arquero de Quilmes sin problemas. Luego, con un tiro de Campuzzano por izquierda que dio en el poste. ¿Y Quilmes? De ahí al final, un tiro libre de Fabián Bordagaray que dio en el travesaño y un remate de Tomás González que se fue afuera.

Dio la sensación de que Quilmes fue más por tenencia de balón y porque Talleres se dedicó más tiempo a hacer idem que a jugar. Sin embargo, fue el conjunto de Remedios de Escalada el que logró imponer su estilo y su forma de jugar ante un elenco cervecero que intentó con sus formas y con centros, pero que jamás logró romper el cerco defensivo tallarín.