Volvió un poco a ser Quilmes. Venció 2 a 0 a Ramón Santamarina en el Centenario y se metió otra vez entre los que clasifican por el segundo ascenso. Con goles de Mariano Pavone y Julián Bonetto, se puso a tiro y tiene mejores expectativas que nunca.
De movida, el protagonismo fue asumido por el equipo de Leandro Benítez. Sin embargo, la maraña organizada por el equipo de Tandil en la puerta del área de Temperini le dio resultado a los aurinegros. A Quilmes le costó entrar con peligro al área del Gigante de las Sierras. Las acciones en la ofensiva eran tibias (un tiro libre de Bonetto que el golero despejó sin consecuencias y un cabezazo de Cortave en un corner que se fue alto). La más clara fue para Ramón Santamarina, con un cabezazo en el que Cortave intentó despejar y Budiño tuvo que volar para sacarla al corner.
Hubo contragolpes en que los futbolistas tomaron malas decisiones. Primero, Bonetto le ganó las espaldas a Mac Eachen y Osinaga y, en lugar de encarar a Temperini, abrió la pelota y envió centro al área. Unos minutos después, Ortega también quedó solo de la misma forma ante el 1 de Tandil y remató alto.
Quilmes tuvo chances claras con un remate de Rafael Barrios al lado del palo o un tiro de Molina al travesaño (anulado por un offside que no fue). Sin embargo, se notaba que al equipo le sobraba un defensor y carecía de un conductor claro ya que Kevin López tuvo un golpe en hombro a los 7 minutos del que no se recuperó. En otro contragolpe, Ortega quedó solo ante Temperini y remató alto.
Quilmes fue más en la primera etapa, contó con más y mejores chances pero, como dijo un plateísta, «los goles se hacen en el arco de Ezpeleta».
En el complemento, los cambios surtieron efecto
Los ingresos de David Drocco, Mariano Pavone e Iván Colman fueron claves. El primero aportó su sacrificio y marca en el mediocampo. El segundo, el gol. Colman, por su parte, sirvió para tener la pelota y participar en la ofensiva. Aunque Quilmes tardó en resolver la línea de cinco defensores más dos mediocampistas delante de ella que planteó la dupla técnica de Ramón Santamarina.
Pero en uno de los tantos centros al área, en este caso de Bindella, el que despejó tan mal fue Mac Eachen. Le dio la pelota a Pavone y este fusiló a Temperini. El 1 a 0 se ajustó más al desarrollo del juego. Allí se destrabó el partido porque Ramón Santamarina metió cambios y se abrió el juego cuando los tandilenses fueron en busca del empate. Sin embargo, todo quedó en el plano teórico porque no hubo llegadas a los arcos a pesar de los intentos visitantes. Solo Iván Colman tuvo un tiro libre capturado por Temperini.
En el final, con Ramón Santamarina tirado al ataque, Pavone encabezó un contragolpe por derecha y tocó para el medio. Bonetto se la robó a un defensor antes de que despeje, se acomodó y metió el remate cruzado para el segundo gol.
El triunfo le sirve a Quilmes para volver a zona de torneo reducido por el segundo ascenso. No hay resultado que lo saque al Cervecero de allí. Tras una serie de cambios, en un mes el equipo de Benítez mutó de semblante y ahora mira con optimismo el futuro.
Fotos prensa Quilmes (Facebook)
«LOS GOLES SE HACEN EN EL ARCO DE ESPELETA»
EXCELENTE NOTA «