Quilmes perdió en Victoria 1 a 0 con el líder Tigre y quedó sexto, a tres puntos de la zona de clasificación al heptagonal.
(Victoria) – Quilmes perdió en esta ciudad ante Tigre y, de esta forma, se privó de la posibilidad de acceder a la zona de heptagonal por el segundo ascenso. Sucumbió ante la potencia goleadora de Pablo Magnín, quien empalmó una pelota en el segundo tiempo y definió por encima de Rodrigo Saracho. El elenco de Facundo Sava otra vez lamentó haber recibido goles en la fase final de un partido.
De los partidos pasibles de ser perdidos, éste era uno. Sin embargo, la categoría de “clásico” o partido de mucha pica, lo hacía especial, incluso para los planteles. Arrancó con todo y a los dos minutos, Tigre marcó pero el juez de línea marcó offside. En estos primeros minutos, el trámite fue de ida y vuelta, potenciado por el campo de juego muy rápido.
Ambos pisaron las áreas: Quilmes con Acevedo en un remate al que le faltó dirección. El local, por su parte, se vio atorado en la creación. En verdad, la línea de fondo funcionó bien y permitió, incluso, que Ortega se liberase y accediera a la zona de ataque sin marca. No se resintió el fondo en esta primera etapa por el buen tándem conformado por Moreira y García Basso.
La más clara de Quilmes estuvo cuando se despertó Acevedo. Luego de una pelota aguantada por Pons, la descarga por derecha para el 10 fue brillante. El morocho llegó al fondo y tocó para Barbieri, quien remató de frente al arco y sin marca pero por encima del arco. ¿La de Tigre? Una pésima salida de Saracho que capturó Menossi y tardó en rematar. Se recuperó el 1 cervecero y la mandó al corner tras el remate que también fue atorado por Drocco.
En la segunda parte, ambos sintieron el cansancio y, por momentos, el cotejo se jugó lejos de las áreas. Quilmes, a pesar de los cambios, poco a poco se despidió del área de Zenobio. Tigre, por su parte, siguió incómodo ante la marca lejana de la última línea cervecera. Sin embargo, el líder del torneo monopolizó la tenencia del balón por un rato y mostró su jerarquía.
En partidos así, por lo general los goles llegan por errores del rival, pero además del yerro de Saracho en no salir cuando la pelota cayó llovida sobre su área, está la virtud del delantero más importante del campeonato. Una pelota llovida fue empalmada por Magnín y se convirtió en el 1 a 0 para Tigre.
Pasaron los minutos, el Matador le dio la pelota a Quilmes, que hizo lo que pudo y lo que le pasa siempre: no puede con los últimos minutos de un partido. Salvo un tiro libre de Moreira que se fue alto, nada pasó.
Un punto en los últimos nueve partidos dan señales de preocupación: derrotas con Maipú y Tigre más el empate con Agropecuario de local. Está bien que en esta ocasión jugó ante el líder de la zona A y en su campo, pero para Quilmes no hay una inundación que le haya embromado el rancho. Aún es lluvia, tiene que prepararse para laburar y salir del pozo con pocos puntos en el que está sumergido.
Vamos Quilmes!