FUTBOL: FINAL CALIENTE

Saracho y Dátola, a puro insulto.

Durante todo el cotejo, la pierna fuerte fue un distintivo. El arbitraje de Pablo Echavarría fue deficiente por esto. En el primer gol, a Mariano Barbieri, de una patada le partieron dos dientes. Faltaron amarillas a tiempo; eso enervó los ánimos, en especial de los visitantes, que pronto se vieron abajo en el marcador.

Diego García, surgido de Quilmes, también discutió con los directivos locales.

En el final, hubo una gran discusión entre el golero de Quilmes, Rodrigo Saracho, y el marcador central visitante, Agustín Dátola. Otro que andaba en el medio del tumulto entre camisetas aurinegras fue Martín Ortega. De a poco los más experimentados, como Pier Barrios y Mariano Pavone, lograron calmar las aguas. Sin embargo, de nuevo la chispa entre los directivos y allegados que estaban en la platea. Al punto que los futbolistas visitantes empezaron con los insultos hacia la platea.

Diego García surgió de las divisiones inferiores de Quilmes y se fue del club en 2009. Hoy es un emblema del equipo de San Justo. Desde la platea, cuando ya se había calmado todo, le gritaron

«Tranquilo, Gurí, que ahora te llevás una camiseta».

Los visitantes se retiraron muy nerviosos.

¡Para qué! De nuevo, insultos cruzados entre directivos y allegados con futbolistas y allegados del plantel visitante. Hasta un periodista que en sus redes sociales apoya la dictadura se prendió en el griterío. García los calló y les dijo:

«Ey, shh, ojo que esto es chico, vivo en Bernal».

Cuando los últimos integrantes de la delegación de Almirante Brown se iban a su vestuario, uno gritó:

«Igual, calladitos, que siguen un punto abajo nuestro».

Otra vez la batahola de insultos. En eso, desde el campo de juego, el vicepresidente Jairo Gomelsky y el presidente Christian Sterli retaron a viva voz a sus pares de comisión directiva. Desde la platea dijeron:

«Eh, son profesionales, ¿Cómo nos van a gritar así?».


La Policía llegó tarde y sacó de la baranda de la platea techada a los allegados y la hizo fácil: echó a los periodistas de la zona. empezaron como siempre:

«Por favor, desalojen la platea»

En la zona baja de vestuarios, por orden de la directiva local, la Policía retiró del estadio a todo aquel que no fuera periodista. De esta forma, el plantel de Almirante Brown se podría retirar sin ningún acoso.


La revista de Despos.

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