CON 11 AÑOS, A LA OPERA DE PARIS

El quilmeño fue seleccionado por la Ópera de París para perfeccionar su ballet.

(Perspectiva Sur) El chico comenzó a los 6 años, decidido a ser bailarín clásico. Estuvo en Francia, donde lo seleccionaron por su habilidad, y lo reconocieron por sus giros.

Leonel Galeppi López tiene 11 años, y viajó a Francia para un curso intensivo de ballet clásico en la Opera de París, especial seleccionado por sus cualidades. 

Es quilmeño, y comenzó en el instituto de las hermanas Teresa y Ariadna Constantini, después de ver trece veces una película en donde una niña desaventajada llega a danzar en la Ópera de París.

La bailarina clásica y profesora quilmeña comentó:

“Cuando lo vi, me pareció que tenía algo distinto a los alumnos varones que hemos visto. Entendía todo, trabajaba súper a conciencia, y una condición física muy marcada”. 

Ariadna Constantini

Su hermana, también bailarina y profesora, agregó:

“Tiene condiciones físicas, pero también tiene muy buena disciplina, que es muy importante;  tiene el apoyo de los padres, que en los chicos es muy necesario, pero es la pasión, las ganas y el amor con que toma cada corrección, cada paso, es muy destacado”.

Teresa Constantini

Federico Wiemeyer hizo para Canal 13 un informe especial sobre el niño, en donde Linda, mamá de Leonel, expresó estar “muy feliz” por los dotes de su hijo, y señaló que desde el primer día que lo llevó a aprender ballet le dijeron que tenía condiciones. “Desde chico supo qué le gustaría para su vida, y trabaja para eso”.

A los 6 años “vio la película ‘Ballerina’ doce veces, y me dijo que teníamos que verla. A la vez 13ª la vimos juntos, mientras que él imitaba lo que veía en la película”, agregó Linda. Leonel dijo que la película “me gustó, y yo quería ser eso”, y aún terminar en París, como la protagonista.

Teresa contó que le preguntó a los papás si estaban de acuerdo con que el niño aprendiera ballet, y “la familia me respondió que ‘sí, si es lo que le gusta, que lo haga’, pensando que el chico iba a hacer un poco de ejercicio y se iba a entretener un rato. En ese momento no sabíamos el desarrollo que iba a tener en poco tiempo. Le pregunté a Leo, que tenía 6 años y era muy chiquito, flaquito, si quería ser bailarín y respondió que sí, con un sí muy seguro, no dudó”.

Ariadna agregó:

“Hablé con los papás si estaban dispuestos a hacer una preparación más exhaustiva para Leonel, para concursar en la Ópera de París, porque veía unas condiciones extraordinarias en él”.

Linda confesó que cuando las profesoras le plantearon el desafío, le pareció “un poco delirante. Presentamos un video, dos fotos y el cv de Leonel, y no supimos nada más hasta el 9 de marzo, cuando nos llegó el mail diciendo que lo aceptaban, ¡fue emocionante!”.

En París se encontraron con niños de otras partes del mundo, y “fue muy bien recibido, le decían ‘el argentino que gira’”. Allí estuvo para participar de un curso de verano, “fue hermoso, una escuela donde estuvo todo el día haciendo danza”, dijo la mamá.

Ariadna agregó:

“Leonel no tiene techo, tiene un empuje tremendo y una capacidad de trabajo de un adulto. Es como trabajar con un profesional”.

Con independencia del talento del niño, la familia es de clase media argentina y no tiene posibilidades económicas de mudarse a otra parte del mundo para que Leonel continúe su formación. Es de esperarse que en el país pueda encontrar el camino profesional para brillar en su arte. Al menos para empezar.


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