A su sepelio vino el ex comandante montonero Fernando Vaca Narvaja.

A los 82 años, murió este jueves el dirigente quilmeño y ex funcionario peronista Rubén Turco Elías, de extensa trayectoria militante local, provincial y nacional.
Los años montoneros
Ruben Turco Elías, tenía casi 27 años cuando, en tiempos del Cordobazo (1969) se aprestaba a marchar desde la plaza de Vicente López y Pellegrini, hacia el Parque Cervecero, con la Juventud Peronista.
Con esa militancia llegó al histórico 1973 en que le ganaron a la dictadura de Onganía-Lanusse para arribar a la asunción de Héctor Cámpora. Frente al Congreso, en la Plaza, cuando quisieron poner banderas, fueron gaseados con Armando Dionisi, María del Carmen Alburúa, Mario Espósito y Daniel Santoro, de la Agrupación Amado Olmos, de Quilmes, la Lista Naranja del gremio de Sanidad, se escondieron en la noche a esperar en primera línea el sol del 25 de mayo.
Juntos vivieron la toma del Hospital Iriarte en junio; la decepción por la masacre de Ezeiza; la asunción de Perón, la sorpresa por el crimen contra José Rucci (CGT) y el surgimiento de la AAA.
A una de sus víctimas la recibió el 22 de agosto de 1974 mientras atendía la Guardia:
–¡Cómo me lo traen así a Carlitos! Mirá cómo tiene la cadera.
Era Baglietto, cargado en una camioneta Dodge, de las nuevas de la Policía, a quien le salvaron la vida luego de haber sido baleado dentro de una Citroneta junto a sus compañeros Pablo Gringo van Lierde, de Martínez, responsable en esta región, y Eduardo Roña Beckerman, compañero de Pablo Meijide (h), quien vivía con sus padres en la Capital. El Turco había puesto en funciones al Roña en la UES de Ezpeleta.
Poco después de ese doble crimen, Elías y Santoro arreglaban una bandera el viernes 6 de septiembre, cerca del alambrado al fondo del Hospital; oían la radio:
–Escuchá, Turco. ¡Es Quieto!
–… que pasamos a la clandestinidad. A partir de esta hora…
El Turco se dejó caer sobre el pasto; soltó una risa nerviosa:
–Dejala; ya no vamos a poder mostrarla sin que nos persigan.
Vieron acercarse a las corridas a una chica de guardapolvo:
–¡Chicos, los Montos son clandestinos!
–Bueno, Dani, somos de JTP. Tenemos que irnos a la mierda.
–Sí, pero ¿adónde?
Con el pase a la clandestinidad, muchos creyeron que se trataba de un error táctico. Elías estuvo entre los que discutió el incremento de la violencia, por más justificada que estuviera por las provocaciones de la ultra derecha:
–Saben cómo quedé después de lo que le hicieron a los chicos. Pero es una barbaridad esto de matar al voleo.
A finales de julio de 1975, cerca de la Bernalesa, golpeó a su puerta el padre de Santoro:
–Turco, rájate; están todos en cana.
Rubén Elías envolvió a su recién nacido y lo llevó a casa de su suegra, a quien avisó:
–Me voy. No se adónde, pero me voy.
Caminó y caminó. Por ahí, se cruzó con Daniel. En otro momento, desde atrás, oyó la voz de Francisco Gutiérrez:
–¿Te llevo?
Subió de un salto al auto, en cuyo asiento trasero había un bolso. En la huida, casi atropellaron a un patrullero. Lo esquivaron. Pero pronto vieron que el vehículo policial giraba en redonda y se les ponía detrás. El Turco miró al Barba:
–No te calentés, en el bolso hay granadas.
–¡Pero yo nunca tiré!
–Quitale la sortija y, en menos de tres segundos, soltala.
–Si el comandante lo dice…
El Turco bajó la ventanilla. Sólo cuando vio que el patrullero los pasó y siguió de largo, respiró.
Poco después, El Turco se vio en una reunión que se parecía a un juicio; se sintió mirado con recelo. La discusión fue larga en la dura noche en Don Bosco, detrás de la iglesia, frente a Lucía y tres más:
–Tenés que hacerte cargo de Sanidad.
–¡Ni loco! –contestó.
–Entonces, se corta tu carrera de aspirante en la Orga.
–Mi única responsabilidad es con los presos.
–¡Acá estamos para los de adentro! Los que están afuera se tienen que arreglar. ¡Asumí tu responsabilidad!
–Métansela en el culo. Si no estamos para los compañeros presos, no estamos para nadie.
Una obesa miraba con simpatía al Turco, quien continuó:
–El correntino que daba conferencias en casa no era laburante, era un intelectual. ¿A quién mandan? ¡La concha de su madre!
–No insultes.
–Si quiero te insulto y te cago a trompadas, también.
–Vamos a tener que ponerte en canita y, si no alcanza…
–Estoy de acuerdo con el Turco –intercedió la obesa.
En medio de lo que denotaba cierta sorpresa, él agregó:
–El correntino cantó la casa de Urbano, porque en la mía tenía a sus hijos –en el silencio que siguió, aprovechó para definir–. Yo solo, además, ¿a quién voy a conducir? Si el máximo responsable sindical está preso…
Se refería a Armando Dionisi, quien en ese momento espiaba bajo la venda para ver a más de treinta detenidos, además de sus compañeros Carmen Alburúa, el correntino Hugo Perié, Urbano Ciavaglia y Pety González, antes de ir a la tortura en la Brigada de Quilmes.
Meses después, veía que la dictadura arrasaba con todo. No le veía sentido a enfrentarla con casi nada. Se borró. Buscó trabajo bien lejos.

En democracia
Desde 1983, participó en el peronismo. Cuando un viejo compañero setentista (ex director del hospital San Martín, de La Plata, luego de la toma montonera de 1973), llegó a la Intendencia, fue a pedirle empleo. Así se integró al gabinete de Juan José Mussi, asumido en Berazategui hacia diciembre de 1987.
Fue director de Compras en los tiempos en que el médico Renovador empezaba a modelar su esquema populista, un modelo progre en comparación con la impronta de los seguidores de Herminio Iglesias. Sin embargo, en los primeros años, empezó a convencerse de que esa gente, con Antonio Cafiero, ensayaba otros modelos de corrupción, como las Jornadas Solidarias de trabajo comunitario (Ver el libro «… Y después la gente va y lo vota». La Guillotina, 2013). Renunció en mayo de 1990:

Continuó su militancia en Quilmes, con la histórica Corriente 11 de Marzo, donde fue uno de sus ocho pilares durante los ’90.

Ya en este siglo, presidió el Partido de la Victoria (de Aldo San Pedro), que daría personería al Frente para la Victoria kirchnerista:

Fue uno de los impulsores de la primera visita a Quilmes de Néstor Kirchner, cuando era precandidato presidencial, como acaban de recordar desde la Municipalidad en una nota de condolencias por parte de la Jefa comunal Mayra Mendoza, de quien fue secretario de Desarrollo Económico Sustentable (2019-2021) en la primera gestión.

Hace justo dos años, participó de lo que sería su última aparición pública, la presentación del libro de su fallecido amigo Armando:
Durante estos meses, ni su cabeza ni su cuerpo respondían como antes; sólo su espíritu de lucha constante lo sostuvo hasta este 26 de diciembre en que evitó amargarle la navidad a los suyos, pero horas antes del hallazgo del 138° nieto recuperado, una de esas alegrías que a toda la buena gente le gusta compartir y que, sin dudas, él hubiera festejado.
Coberturas
Los medios, sorprendidos durante las fiestas, se limitaron a reproducir el comunicado municipal:
Grupo Crónica: Pesar por el fallecimiento de un histórico dirigente peronista
Pesar por el fallecimiento del dirigente peronista Rubén Elías – Diario EL SOL
FALLECIÓ EL TURCO ELÍAS – El Editorial
Falleció el ‘Turco’ Elias, un pedazo de la historia política local » El Suburbano Digital
Fue mi jefe en épocas de la 11 de marzo.un muy buen tipo
Triste.
Una pena. QEPD
Gracias por avisar
Buena nota, completa. No viví los primeros años, por mi edad, pero compartí con el Turco, esa «mesa» de 8 compañeros que conducían la 11 de Marzo y cada martes durante 10 años, se sentaba a discutir política hasta que todo se agotaba. Uno de los mejores de nosotros. Aunque en esa época su rol, lo tenía un poco desperdiciado. Muy prolijo en todo lo que hacía y con una mirada completa sobre el tablero. Para ser justo, era, en el sentido estricto de la política, «un cuadro». (como decía Ernesto, el engranaje imprescindible de la estructura política). Como era nuestra costumbre, no siempre nos poníamos de acuerdo, pero siempre había lugar para el debate sólido, donde lo general era lo más importante. Y lo particular, solo una herramienta. Cosas que ya no existen. Chau Turco. Ya nos volveremos a encontrar y volveremos a las discusiones interminables, para ver si podemos lograr que las cosas sean un poco mejor. Andá tranquilo a abrazarte con tu hijo, que te estará esperando….