KOSTEKI Y SANTILLAN: ¿LOS ASESINOS, LIBRES?

A días de otro 20 de diciembre

Escracharon en su casa de Lanús al ex cabo policial Alejandro Acosta, liberado por el crimen de Kosteki y Santillán.

La liberación del excabo Alejandro Acosta, condenado por el crimen de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, generó una ola de repudios, que derivó este sábado en un escrache en la casa del policía.

El sábado 14, movimientos sociales y grupos de izquierda se acercaron hasta Roca Negra, por Camino G. Belgrano y Méndez. «La justicia nos paga liberando a los asesinos», afirmó Alberto Santillán, padre de uno de los dos jóvenes asesinados el 26 de junio de 2002 en el Puente Pueyrredón.

La liberación de Acosta se produjo mientras desde 2014 hay un pedido pendiente para que se considere impescriptible la masacre de ese día, a la espera de que se determinen las responsabilidades políticas.

Acosta fue condenado en enero de 2006 a perpetua, junto con el excomisario Alberto Fanchiotti, y ahora se beneficia de la libertad condicional. Lo dejaron libre a fines de octubre y se especula con que pronto haya un beneficio para Fanchiotti, principal responsable policial de lo que pasó, según demostraron las fotos publicadas 24 horas después de la emboscada contra quienes se manifestaban.

El doble crimen causó un terremoto político en aquella Argentina en crisis total. La indignación por las imágenes divulgadas horas después fue rotunda, que se desmentía la versión oficial, que hablaba de choques con la policía. Las fotos mostraron una auténtica cacería humana en la estación de Avellaneda. Eduardo Duhalde debió adelantar la convocatoria a elecciones como respuesta a lo sucedido, en un momento de extrema fragilidad política.

Fanchiotti fue condenado en 2009 por el asesinato de Kosteki y Santillán.

Fanchiotti, condenado en 2009. © NA

Masacre de Avellaneda: Fanchiotti también quiere irse a su casa

Por Adriana Meyer

El excomisario Alfredo Fanchiotti, condenado por el asesinato de los militantes sociales Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, acudió ayer a la Defensoría de la Cámara de Casación de la provincia en busca de elevar su pedido de libertad condicional. Su defensa tuvo que acudir allí porque la Sala III de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de Lomas de Zamora le denegó la solicitud porque, entre varias razones, no se hace cargo de los delitos que cometió. Familiares y compañeres de Kosteki y Santillán, asesinados en 2002 -cuando el gobierno de Duhalde reprimió el intento de cortar ese acceso por parte de agrupaciones piqueteras-, repudiaron la presencia del ex comisario condenado a cadena perpetua, junto a organismos de derechos humanos y organizaciones sociales y políticas.

«Si no hay justicia hay escrache, como papá, familia y compañerada no tenemos justicia plena».

Alberto Santillán

«Queremos recordarle a este asesino que no olvidamos, no perdonamos y no nos reconciliamos», remarcaron las organizaciones que montaron una radio abierta frente al edificio de la Cámara de Casación. «Pasaron más de 20 años y quizás mucha gente no tenga idea, por eso vamos a insistir y escrachar para que todos sepan quién es quién, y que sepan también quiénes eran Darío y Maxi», agregó Santillán.

Alfredo Luis Fanchiotti Pagano fue condenado por el Tribunal en lo Criminal 7 el 9 de enero de 2009 a prisión perpetua por el homicidio agravado por alevosía de Kosteki y Santillan, y por el intento de matar a siete manifestantes. Está alojado en la Unidad Penal 11 de Baradero bajo un régimen abierto desde 2012, con una «conducta ejemplar y buen concepto por parte de las autoridades, sin registro de sanciones disciplinarias». Fanchiotti tiene 69 años, recibe visitas de su familia, realizó tareas administrativas y en la actualidad concurre a un curso de elaboración de conservas de frutas y hortalizas.

Según el informe psicológico, el ex comisario «no reconoce su accionar, por el cual está condenado». Por su parte, la fiscal Paula Martínez Castro se opuso expresamente al otorgamiento del beneficio del arresto domiciliario «en virtud de los delitos por los cuales cumple condena, ante la falta de opinión de los familiares de las víctimas, la falta de acreditación de la distancia existente entre los domicilios de las víctimas y victimario, las reservas que emergen del informe psicológico y la inviabilidad estimada por el Departamento Técnico Criminológico». De esta manera, los jueces Tomás Alberto Bravo, Martín Andrés García Díaz y María Soledad Garibaldi en su fallo del 10 de diciembre indicaron que «continúan sin darse los requisitos necesarios» para concederle «la libertad anticipada», porque «mantiene su posicionamiento exculpatorio, depositando la responsabilidad en terceros».

«Es muy llamativo todo esto, Fanchiotti llegó en un vehículo con tres o cuatro custodios, sin tener en cuenta nuestra presencia, tenemos mucha bronca, no queremos que salga en libertad como ya pasó con Acosta», expresó el padre de Darío Santillán respecto del otro condenado por la masacre, el excabo de la Policía Bonaerense Alejandro Acosta.

El sábado 14, los familiares y compañeros de Darío y Maxi, junto a agrupaciones sociales y políticas, realizaron un escrache en la casa donde se aloja Acosta. «Fue un repudio, no rompimos nada ni fuimos agresivos, los vecinos estaban interesados en saber quién vive ahí. Se trata de que Acosta sepa que no lo vamos a dejar tranquilo», apuntó Alberto Santillán. «Nunca mostró arrepentimiento ni dijo quiénes le dieron las órdenes aquel día», agregó respecto del operativo represivo del 26 de junio de 2002.


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